Indignada y preocupada, la modelo y empresaria Viviana Rivas Plata, denunció ayer en la Dirincri la estafa de la que fue objeto por parte de unos sujetos que se hicieron pasar como prósperos empresarios y le pagaron 47 mil soles con cheques falsos por la compra de jeans de su marca.
La ex reina de belleza reveló que el pasado 29 de setiembre, un supuesto empresario le envió un correo electrónico en el que le expresaba su deseo de comprar sus prendas de vestir para venderlos en reconocidas tiendas de la capital.
“El pedido y la aceptación de la venta se realizó a través de ese medio, luego el primero de octubre se acercaron a mi tienda dos hombres a recoger el lote de jeans y nos entregaron los cheques por el pago”, relató.
Sin embargo, con los cheques y el duplicado del voucher en mano, se dio con la sorpresa en Internet que la empresa no existía y por tanto los cheques eran falsos.
De inmediato, la ex esposa de Roberto Martínez puso la denuncia en la Divincri de Surco. “Hasta el momento la policía no da con el paradero de estos delincuentes. Por recomendación de mi abogado he venido a la Dirincri, que es una unidad especializada para ratificar la denuncia”, dijo mortificada.
Cerca de las 11:30 de la mañana, la ex Miss Perú llegó a la División de Investigación de Delitos de Alta Tecnología, donde entregó los correos electrónicos y los videos de seguridad de su tienda que grabaron los rostros de los sujetos que recogieron la mercadería.
“Creo que la policía tiene todo el material necesario para identificar y capturar a los delincuentes. Las cámaras grabaron sus rostros y las placas de los vehículos”, afirmó.
“Vivi”, como es llamada en el ambiente artístico, también visitó la División de Estafas, que también trabajará para el arresto y captura de los estafadores. “He rendido mi manifestación policial. Lo que ahora quiero es que estos delincuentes estén en la cárcel, pues de seguro deben estar estafando a otras personas”, sostuvo.
Asimismo, denunció que hace unos días unos hampones intentaron ingresar a robar a su vivienda ubicada en Monterrico. Afortunadamente se percataron que había gente en el interior y desistieron de ingresar. “Asustada llamé a la policía, pero nunca se acercaron a verificar si estábamos bien”, finalizó.