Una modernización que ha despertado la polémica por los evidentes cambios al entrañable personaje de Saint-Exupéry. Una lucha de intereses de los herederos sería una de las razones del cambio.
“El Principito” se apresta a renovar su traje —ahora en tela digital— pues un reciente proyecto televisivo lo ha modernizado en una atractiva animación.
A fines de diciembre, en la televisión francesa se estrenará la remozada versión del clásico personaje creado en los cuarentas por Antoine de Saint-Exupéry —antes de dar el salto a las pantallas de 80 países— hoy con una personalidad más propia de un aventurero del futuro.
Con un presupuesto de 18,6 millones de euros, “La Planète du temps” (El planeta del tiempo) es el primer capítulo de la serie, que será difundida en la cadena “France 3”, presenta a un personaje totalmente nuevo, diferenciado de los dibujos que el autor creó junto a su obra.
Este afán para “actualizar” al Principito ha transformado al niño en uno más bien de aspecto adolescente, que no solo viajará de planeta en planeta cargado de preguntas para los adultos que encuentre en su camino: también se enfrentará a monstruos imaginarios a los que combatirá con una espada en múltiples batallas.
Es más: el zorro que en el libro de Saint-Exupéry acompaña al Principito, en el dibujo animado será su “alter ego” cómico.
Los autores del cambio lo defienden con el argumento de que los valores universales que contiene El Principito deben adaptarse para llegar las nuevas generaciones, antes de que el personaje quede sepultado como uno de culto, ante la aparición de héroes modernos como Harry Potter.
LUCHA DE HEREDEROS
Olivier d’Agay, sobrino de Saint-Exupéry y presidente de la empresa que gestiona su legado, justifica la puesta al día para “ofrecer “El Principito” a los niños del siglo XXI”: “Queríamos que El Principito tuviera grandes ojos, como los personajes del manga y, por qué no, verle luchar o hacer kung-fu”.
Un criterio “utilitarista” que no comparte José Martínez Fructuoso, heredero de Consuelo Suncin, esposa del escritor y aviador, que mantiene un conflicto de intereses desde hace años con los sobrinos del autor. Pero Fernández, que tiene derecho a una parte de los beneficios, no tiene voz en las decisiones sobre la obra, tras una sentencia en este sentido dictada por la Justicia gala.
Tras el lanzamiento de la animación, se ha preparado la puesta en el mercado de una serie de productos derivados destinados a los más pequeños, a fin de rellenar las arcas de la fundación que bajo el nombre de Saint-Exupéry promueve la lectura entre los niños de todo el mundo.
Otros les suponen fines menos benéficos. Según un experto citado por el diario “Le Figaro”, pronto “El Principito” quedará libre de derechos por lo que los herederos necesitan crear una saga que mantenga su dominio sobre el personaje.
Fuente: El Comercio.pe