Pese a sus limitaciones musicales, el quinteto mexicano logró levantar de sus asientos a cerca de diez mil fanáticas que asistieron al Jockey Club del Perú
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Sin lugar para los estetas. Aquel que haya ido al concierto de Magneto con pretensiones artísticas, se equivocó de cabo a rabo. El quinteto mexicano ofreció un show lleno de nostalgia y con las mismas limitaciones musicales que lo caracterizó en los inicios de la década del noventa.
Y es que la cuestión era ir a divertirse. En ese aspecto, Mauri, Toño, Alan, Elías y Álex cumplieron con los cerca de diez mil fans que se acercaron a las instalaciones del Jockey Club del Perú, en Surco, para festejar los 25 años de existencia de Magneto.
Los mexicanos arrancaron con su clásico “Mira, mira, mira” y “Bienvenidos”, cover del cantante español Miguel Ríos, temas con los que lograron enganchar a sus fanáticas de todas las edades, algunas ya madres de familia.
Como en sus primeros años, la banda reposó en la limitada voz de Alan, quien – con algunos kilos demás – pedía frecuentemente al público que coree las canciones. Las más coreadas fueron, como era de esperarse, las baladas “La puerta del colegio” y “Para Siempre”. Las limitaciones del grupo se exhibían cuando en los coros apelaban al playback.
Al dirigirse al público, Mauri, Toño, Alan, Elías y Álex agradecieron al Perú por ser uno de los primeros países que le brindaron su apoyo en los comienzos de sus carreras.
CIERRE DE JORNADA
Pese al inevitable paso de los años, los mexicanos lograron reivindicarse repitiendo los mismos pasos de baile.
Luego de una pausa, se proyectó en las pantallas un video que resumió la trayectoria del grupo desde que se creó en 1983.
Al retornar a los escenarios, Magneto cerró con los pegajosos “Cuarenta grados” y “Vuela Vuela”. En suma, un show que sirvió para recordar en vivo la banda sonora de la infancia. Pese a todo, sirvió para pasarla bien.
