Trata de llevar su carrera con perfil bajo, pero es imposible que Jamila Dahabreh pase desaparcibida. En un principio la confundían con Leslie Shaw, pero hoy que para entre Buenos Aires, Costa Rica, Las Vegas y Europa la confunden nada menos que con Paris Hilton.
Con una figura de infarto, esta belleza de ascendencia israelí confiesa que en el mundo de las pasarelas, siempre hay empresarios que siempre les proponen algo más, pero ella prefiere el amor sincero.
“En todos los eventos se presentan esos tipos. Dicen que quieren ser tus socios, que quieren pactar contigo una cena, y yo no soy tonta, ya sé para que más va eso”, dice Jamila.
Billetera no mata galán. “A mí me interesa poco o nada que quien sea mi pareja tenga dinero. Eso es lo de menos, porque yo tengo lo mío. Puede ganar poco, como mi primer novio, pero que tenga ganas de superarse, eso es importante. O como mi último enamorado que era súper sencillo, pero tenía dinero y no lo demostraba”.
“Soy alta para el promedio en el Perú, me he metido con chicos más bajitos, para mí no era incómodo porque yo lo agarraba como un osito, ja,ja,ja, pero mi mamá me decía qué haces con ese cuarto de pollo”, confesó.
Shaw no es modelo. “Antes me confundían con Leslie Shaw, ella es mi amiga y nos llevamos recontra bien. Pero nuestras carreras van por caminos diferentes. Ella es cantante, está creciendo en esa profesión, acá modela pero no es modelo, ella está en otra”, aclaró la rubia.
“Ella (Leslie) es una excelente bailarina, y con Mario hace una pareja perfecta. Mario tiene carisma y eso es lo que necesitan para ese tipo de realities. Yo creo que ellos son los favoritos para ganar en ’El gran show’”.
Pecadora de la familia. “Mi familia es musulmana, a ellos les choca que yo haya elegido esta carrera, pero aunque en un principio no quería ser modelo, empecé a trabajar desde los 16 años, ahora manejo mis contratos y desde hace año y medio que me independicé. Vivo sola, tengo mi departamento y mi auto”, sostuvo.
“En julio me voy a Dubai y Líbano para un concurso de modelos con ascendencia árabe, mi padre nació en Jerusalén, él llegó al Perú y se enamoró de mi madre”.
De lejos con matri. “Hasta el año pasado creía en el matrimonio, me quería casar, mi ex novio también era de origen árabe y por eso mi ex suegra me enseñó a cocinar platillos de allá. Pero me cansó la rutina y que era muy machista. Me casaría pero cuando esté segura que es el hombre de mi vida”.
“Ahora mi prioridad es viajar, conocer el mundo. Hace unos meses estuve en Alemania y Holanda con Sully Sáenz, y la pasamos súper, solo hicimos amigos”.
Aconseja a anoréxicas. “Sí, veo que muchas chicas que recién empiezan sufren de este trastorno, la verdad es que uno las aconseja, pues da pena que se pierdan de esa forma. Cuando empecé y estaba en el colegio me obsesionaba por mi peso, me veía gorda, hasta que me desmayé en un evento. Pero luego saqué cuerpo y me di cuenta que me llamaban mucho más”, finalizó.
Fuente: Diario Aja