Tras una operación cardíaca y luego de haber superado su adicción al alcohol, el experimentado actor aseguró que está “genial, muy feliz”.
Robin Williams, uno de los cómicos más célebres de Hollywood, regresa a los cines de EE.UU. este viernes con “Happy Feet 2”, una comedia animada repleta de música y buenas intenciones con la que celebra el simple hecho de estar vivo.
Recuperado por completo de la operación de corazón a la que se sometió en marzo de 2009 y olvidada su adicción al alcohol -recayó en 2006 tras dos décadas en las que afirmó no haber probado una sola gota-, el actor, que acaba de contraer matrimonio por tercera vez, dijo: “Tengo suerte de estar con vida”.
“Alcanzar los 60 años no ha cambiado nada mi vida; me siento genial, muy feliz. La operación fue hace un par de años y sigo bien. No sentí miedo, al menos una vez que tomé la decisión. Al principio pensaba que no podría afrontarlo, pero -explicó- no tienes alternativa. Mi médico hizo 4.000 operaciones similares y todas salieron bien. Confié en la estadística”.
EL ALCOHOL
Sus problemas con el alcohol tienen un origen. Un recuerdo trágico e imborrable. Él y Robert De Niro fueron dos de las últimas personas que estuvieron con John Belushi la noche de la muerte de éste por una sobredosis de drogas en 1982.
Aquel suceso llevó a Williams a ingresar en un programa de desintoxicación y a combatir unos fantasmas que le siguieron acechando años después.
ROBIN Y LOS PINGÜINOS
Sin embargo, ahora el actor rezuma felicidad. Tras si boda en octubre con Susan Schneider, vuelve a prestar voz a Ramón (un pingüino ligón) y Lovelace (un pingüino gurú), dos de los personajes de “Happy Feet” en la secuela de la cinta que logró el Óscar a la mejor película de animación en 2007.
En el filme, la fauna de la Antártica deberá luchar una vez más ante el cambio climático mientras el protagonista, Erik, recibe una lección de vida a raíz de sus problemas para el baile.
En cambio, Ramón centra sus esfuerzos en conquistar a la pingüino hembra interpretada por la colombiana Sofía Vergara.
“Ramón es un machito. Le va el romance. Como imaginarás, es difícil interpretar a alguien enamorado de Sofía”, dijo entre risas el actor. “En persona es alucinante. Dulce, divertida, sexy. Sientes la necesidad de tocarla para comprobar que es real. Lo es, gracias a Dios”, manifestó.
Fuente: El Comercio