Conoce aquí cómo se realizó el primer filme nacional con el sello Marca Perú, un ambicioso proyecto con una inversión que ronda los US$ 3 millones
Otra dimensión. Dos años de trabajo. Más de 70 artistas digitales. Un presupuesto que bordea los 3 millones de dólares. ¿El resultado?: “Los Ilusionautas”, la que, según su director, Eduardo Schuldt, es una “superproducción” animada sin precedentes. Conoce aquí más datos del ambicioso proyecto peruano que hoy se estrena en el país y descubre cómo es que se crea la magia en tercera dimensión.
UNA PELÍCULA CON MARCA
Hoy será estrenada y su director ya piensa en una secuela. Le tiene fe. No es Nostradamus. Lo que sucede es que diferentes señales hacen pensar en un futuro auspicioso.
No solo múltiples empresas han apoyado este proyecto, “Los Ilusionautas” es la primera película nacional en obtener el sello Marca Perú, certificación que le permitirá representarnos en el extranjero y “mostrar que el Perú no solo es Machu Picchu o la comida. Si no que también es tecnología y cine”, según afirma Schuldt. Ahora la pieza que mezcla fantasía y acción planea llegar a toda Sudamérica e incluso a Estados Unidos y Europa.
Los antecedentes también le dan ánimos. En el pasado Schuldt dirigió algunos de los títulos nacionales más representativos del género animado, tales como “Piratas del Callao”, “Dragones destino de fuego” y “El Delfín”. Esta última, según el cineasta, es la tercera cinta peruana más taquillera de la historia, siendo vista por más de 372.000 espectadores y superando en su momento a filmes como la multimillonaria “Cars”. ¿Con qué armas planea Schuldt superar el éxito de su última producción? Pues esta vez apuesta por el 3D. ¿No te da curiosidad saber cómo es qué se emplea este recurso en el país?
OTRA DIMENSIÓN
Eduardo, junto al estudio Aronnax Films, incursiona por primera vez en el cine en 3D, el que llama “una nueva herramienta narrativa”.
“Nos permite ver la profundidad en el cine. Si quieres hacer sentir que un personaje está libre y muy contento haces una profundidad grande. Si quieres hacer que se sienta claustrofóbico, puedes hacer algo pequeño. Además están los típicos elementos que parecen salirse y que encantan a los niños. Es una nueva herramienta, la base es exactamente la misma, pero tienes nuevos elementos para contar la historia”, relata Eduardo, quien a los 12 años hizo su primera animación (un personaje medieval que movía una espada) y que hoy se da el lujo de pensar en grande.
Para hacer una cinta en 3D se trabaja con las mismas máquinas. Lo que cambia es el sistema. “Lo que haces son dos películas completas, una para el ojo izquierdo y la otra para el derecho, vistas desde un ángulo ligeramente diferente. Tienes dos cámaras virtuales dentro del programa, estas generan los objetos con una ligera diferencia”.
Sin embargo, el incluir esta herramienta demanda “mucho más trabajo”, además de poder computacional y espacio para guardar la película. Por ejemplo, toda la data de “Los Ilusionautas” pesa aproximadamente 40 teras; unas 40.000 gigas.
EL PROCESO
Luego de que el guión, escrito por Abraham Vurnbrand, estuvo listo, un grupo de artistas conceptuales y directores de arte trabajaron en los personajes. “Se hacen cientos de dibujos”. Shuldt es el encargado de decidir cuál le gusta.
Posteriormente, el copropietario de Aronnax Films empieza a hacer el ‘story board’. “Yo lo hago con palitos y bolitas”, indica. En el storyboard se describen todos los detalles; desde el movimiento de cámara, hasta los planos que se utilizarán. Después este material pasa a un dibujante. Este “hace los dibujos bonitos para que toda la producción lo pueda entender, pero la narración es la misma”. Luego el director, quien también fue uno de los editores de la película, tendrá que aprobar las animaciones, la iluminación y todos los aspectos del filme.
Las voces de los actores escogidos para los personajes se graban al inicio “para que el animador se inspire con la voz y además para que la sincronización con los labios quede exacta”. Cuando la animación ya está lista, se doblan algunas cosas para que todo quede perfecto. En este filme participaron Bruno Ascenzo, Giovanni Ciccia y Connie Chaparro, entre otros.
¿DÓNDE VA EL DINERO?
La mayoría tiene una idea de los costos de hacer una película con actores. Hay que pagar los sueldos del equipo y el reparto, las locaciones, la cinta que se grabará (si es que nos e hace con una cámara digital) etc, etc, etc. ¿Pero qué sucede cuando estamos hablando de dibujos animados?
“Necesitas las computadoras, que son muy potentes, un local, el programa que es muy caro y también pagarle a los animadores que trabajan a tiempo completo. En este caso tenemos 70 artistas y mantener una planilla durante dos años, más toda la parte administrativa, los actores y los músicos, es muy caro”, nos cuenta Shuldt. Asimismo, luego se debe hacer el proceso de transfer, es decir, el pasar la imagen digital a una cinta de 35 milímetros. Esto también es bastante costoso.
LA INDUSTRIA
Seamos sinceros. Hace algunos años habría sido imposible pensar que veríamos una producción animada de calidad de exportación en 3D. Pero hoy esta industria ha crecido tanto, que el Perú se ha convertido en el país número uno en animación generada por computadora en Latinoamérica.
“En el 2012 en el Perú habrá 7 películas CGI (Computer Generated Images). En todo Latinoamérica en este momento hay solo 4. La calidad se está disparando de una manera impresionante”, indica Eduardo, quien actualmente utiliza para sus producciones “computadoras de las más poderosas, sistemas para capturar el movimiento y para generar 3D”.
PRODUCTO FINAL
Vimos parte del proceso de su producción, descubrimos cómo es que se hacen películas en 3D y conocimos un poco más de la industria de la animación. Ahora solo queda echarle una mirada al producto final, a la cinta que, a partir de hoy, promete tomar las salas de cine por asalto y arrasar con la taquilla.
“Los Ilusionautas” cuenta las aventuras de Aristóteles, Nicol, Petit Pan, Profiterol y su mascota Houston, una simpática pandilla que será convocada por el Presidente de Francia para arreglar un desastre literario provocado por un experimento fallido. Para lograrlo, los personajes viajarán a través de la imaginación de un escritor y vivirán grandes aventuras en diversos destinos. Color, imaginación, creatividad y mucha acción se mezclan en esta explosiva cinta, producto nacional de exportación que vale la pena probar.
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Fuente: El Comercio