La “Universidad de la salsa”] hizo gozar a Lima en un show memorable por sus 50 años.
El Gran Combo de Puerto Rico ratificó una vez más por qué es considerada actualmente por muchos como la mejor orquesta de salsa, la insignia de este género musical que hace gozar a todo el que la escucha. Anoche “los mulatos del sabor”” brindaron su mejor cátedra” ante cerca de 20 mil fanáticos que se dieron cita en el Estadio Nacional. No era para menos, celebraban sus bodas de oro, cincuenta años de historia y sabor bajo la batuta de su máximo rector, don Rafael Ithier.
Cerca de las 9.30 p.m., la orquesta venezolana Los Adolescents levantó el telón de una noche que prometía ser muy larga e inagotable. Luego de brindar todo su repertorio de sus 18 años de carrera musical, le cedieron el paso al gran Maelo Ruiz,
cantante de “gran peso musical”, como lo dijo uno de los presentadores del espectáculo. En una hora de canto, Maelo se metió al público al bolsillo brindando lo mejor de sus temas actuales y los hits que lo catapultaron en los 80’s cuando cantaba para la orquesta del maestro Pedro Conga. El público estaba satisfecho pero con ansias de más.
Una de la mañana en punto. Las luces del Estadio Nacional se apagaron en su totalidad. Las pantallas gigantes comenzaron a proyectar un breve resumen de la historia de El Gran Combo de Puerto, mientras iba apareciendo sobre la tarima cada uno de sus integrantes. El éxtasis y esa adrenalina que inyecta la salsa penetraba en el público que alentaba aplaudiendo la “clave”, hasta que Jerry Rivas, Charlie Aponte y Papo Rosario hicieron su aparición.
Todos estaban vestidos de frac. ¡Un, dos, un dos tres, va, se le escuchó gritar a don Rafael Ithier dando por comenzado el espectáculo que tuvo a la fanaticada bailando y coreando en todo momento. Timbales, trombones, maracas, bongó conjugaron en su máxima expresión. “Timbalero”, “Brujería”, “Ámame”, “Falsaria”, entre otros temas que sumaron un aproximado de veinte, desataron la algarabía de la gente.
La energía de “los mulatos del sabor’era la misma de siempre. Pasito pa” aquí pa” allá. Sacudiendo los pies, los hombros, con esas coreografías que siempre los han caracterizado. Así pasó una noche memorable. Un show de dos horas de duración con los máximos exponentes de la salsa a nivel mundial. Los chicos de Rafael Ithier dieron la mejor cátedra de sabor y sentimiento, un mensaje perfecto que una vez más hizo gozar por dentro y bailar por fuera a grande y chico. A todo ese pueblo que con gozo y alegría ratificó que la salsa es de hoy y de siempre. La noche culminó con un brindis con pisco.
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Fuente: El Comercio