Afirma que tiene correa y se divierte con imitación que le hace el “Gordo” Casaretto.
Maricarmen Marín va por la vida bailando, cantando, actuando y ahora como jurado. Hija de un jaranero cajamarquino (Carlos) y una estricta mujer huaracina (Vilma) se ha hecho de un nombre, pero recuerda -con mucho orgullo- que nada fue fácil. Ella es una errante de la vida, que deja huellas por donde camina
¿Cuántos hermanos tienes?
En total, somos tres. Yo soy la última, el “conchito”.
¿La engreída?
No tan engreída, porque siempre he sido independiente.
¿Cuándo te propusiste ser artista?
Desde chiquita…
¿Y en el mundo artístico?
A los 13 años como mariachi, también fui corista de un grupo colombiano. Luego vino “La movida” de Jeanet Barboza. Después Nílver (Huárac) me propuso bailar en las caravanas de cumbia y, cuando me vio Dilbert Aguilar, me contrató. También bailé para “Guinda” y “Néctar”. Posteriormente, me uní a “Agua bella”. Mi primera grabación en estudio fue “Pasito tun tun”.
Y llegó la actuación…
Sí, en la película “Peloteros”. Las series “Vírgenes de la cumbia”, “Los Shapis”, “Grupo 5”, “La Pre”, “Chapulín el dulce”, etc.
¿Cómo manejas la fama? Todavía no alcanzo el éxito, todos los días aprendo…
¿Cómo superaste la muerte de tu mamá?
Mi mamá veía la muerte como su encuentro con Dios. Desde donde está, ella me guía.
¿Y tu papá?
Mi padre es el jaranero, mi mamá era la estricta. Él trabaja conmigo.
¿Es celoso?
Para nada…
¿Qué representa tu pareja Juan Carlos Fernández en tu vida?
Es muy importante en mi vida. Cuando el amor se cae, todo alrededor se desploma. Para que yo esté bien, el amor y mi familia tienen que estar bien. Si me falla una de esas cosas, me cuesta volver a empezar.
¿Piensan casarse?
Obviamente, pero por el momento estamos abocados en nuestro trabajo.
¿Hijos?
Sí, pero más adelante.
¿Perdonarías una infidelidad?
No sé. Ni siquiera lo he pensado, no te podría decir cómo reaccionaría.
¿Y con tu ex pareja, Coco Castillo, te sigues frecuentando?
No, porque cuando tomo una decisión, soy firme.
¿Tienes alguna cirugía?
A los 18 años me hice una liposucción en los brazos. Tengo unos brazos de “Popeye”…
¿Los comentarios por tu peso te afectaron?
(risas) Tengo correa… que el gordo Casaretto me imite, es supervalioso para mí. Nunca he sido una hilacha, siempre he sido bien “taipá”, como le gusta al peruano.
Marisela Puicón ha dicho que debes mejorar tu inglés…
Todo el mundo tiene derecho a opinar, no siempre van a decir cosas buenas. Agradezco las buenas y malas críticas porque eso quiere decir que me están viendo, escuchando y prestando atención.
Fuente: Diario Trome