Desde España, el escritor peruano sostuvo que lo que se pretende con este nuevo aparato es “vender un cacharro (cosa sin valor)”.
Al escritor peruano Fernando Iwasaki la creciente aparición de libros en formato electrónico le es indiferente, porque, para él, una cosa es la literatura y otra el soporte y, hoy en día, lo que se pretende con el libro electrónico es “vender un cacharro”.
Así lo comentó Iwasaki, en una entrevista con Efe tras su intervención en el curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) “Humor en tiempos de cólera”, que él mismo dirige.
“Sería bueno que primero lo probaran en los colegios, para que los niños no llevaran mochilas que pesen 14 kilos y pudieran llevar una tabletita con todos los libros. Cuando yo vea eso, me convenceré de que la apuesta es por el libro electrónico y no por el negocio”, comentó el escritor.
Además, Iwasaki se definió como un “minusválido digital” y bromeó diciendo que está esperando que la SGAE -la sociedad que gestiona en España los derechos de autor- le dé una subvención, porque no sabe copiar discos y películas ni bajar música, por lo que sabe que “nunca” va a “ser capaz de manejar el libro electrónico”.
SU OBRA ES HUMOR AL CIENTO POR CIENTO
Con respecto a su obra literaria, Iwasaki dijo que es “humor” al ciento por ciento, pero que ve “muy complicado” que en España se valore positivamente este género porque “a la gente le gusta reírse, pero prefiere decir que lee “La Naúsea””, del filósofo Jean Paul Sartre.
“Es como con la tele, que la gente ve “el Tomate” (un programa del corazón) pero le gusta decir que ve documentales”, afirmó.
Paradójicamente, dijo, el humor nunca ha tenido prestigio en España, donde se valora más la literatura cuando es solemne, es seria, transcendente y comprometida, y ello pese a que, sin embargo, el humor ha sido una de las virtudes más grandes de la literatura española, gracias a escritores como “Cervantes, Quevedo o Larra”.
En este sentido, ha indicado que en otros países el elemento humorístico en la literatura sí se considera positivo, y ha puesto como ejemplo Latinoamérica, donde se percibe de una manera distinta, y Reino Unido, donde hay autores canónicos que llevan muy a gala, como una seña de identidad, el humor inglés.