Cantante neoyorquina ofreció uno de los mejores shows del año ante poco más de tres mil personas en el Centro de Convenciones María Angola
La luz cenital toma matices púrpura y se posa sobre el piano de Norah Jones. Ella sale de la penumbra, se sienta acomodando el vestido de verano que lleva puesto y golpea el teclado que tiene la forma de una de esas vetustas máquinas de tejer. Se entrelazan los acordes uno a uno. Painter Song, así sin banda que la acompañe, la hace sonar como perdida en el tiempo, un eco vintage de Bessie Smith con la cadencia de Fatha Hines. Norah Jones deja a todos calladitos. Por primera vez el público limeño, siempre tan esquivo y distraído, está atento a lo que pasa en el escenario; sin fanatismos impuestos por las modas, la gente vino a oír.
A eso de las 4 p.m. del día sábado Norah había llegado a Lima envuelta en una extraña discreción. Sin alharaca de por medio en el aeropuerto, se fue directo a su hotel en Miraflores y no se dejó ver hasta las 9 de la noche del domingo. Apenas y dijo “hola”, sonrío con timidez y dirigió una rápida mirada a las primeras filas dispuestas en el auditorio del María Angola. Empezó con “Cold, Cold, Heart”, su versión jazz del clásico country de Hank Williams. Luego “Out on the Road”, la primera de la noche del “Little Broken Hearts”, el disco que la trajo hasta acá; y What Am I To You?.
Entre canción y canción, Norah fue del piano, al Wurlitzer, de la guitarra eléctrica a la acústica y, cuando lo creía conveniente, lanzaba un “Thank You” y “Muchas gracias” con acento marcado. Su banda -integrada por Jason Roberts, Pete Remm, Josh Lattanzi y Greg Wiz – la ayudó a crear atmósferas de lo más variadas a lo largo del show: melodías traviesas en “Say Goodbye” y “Happy Pills” como oscuridad y melancolía en “Take it Back” y “Miriam”.
Norah Jones no dio los típicos discursos en el escenario –apenas y bromeó imitando a alguien que le gritó “te amo” por allí y dijo, casi de la nada, que le “encantó el cebiche”- pero se comunicó de maravillas con su música.
A eso de las 10:23 se despidió diciendo “buenas noches” y desapareció dejando a los presentes con ganas de más. Regresó a los minutos con guitarra en mano y con una banda muy acústica: acordeón, tambor y baquetas brushes. Sunrise y Come Away With Me fueron el epílogo de uno de los últimos conciertos del año, un show que, aunque pequeño y reservado, cumplió con ser lo que un concierto debe ser.
SETLIST
1. Cold Cold Heart
2. Out on the Road
3. What Am I to You?
4. All a Dream
5. Say Goodbye
6. Take It Back
7. After the Fall
8. Chasing Pirates
9. Rosie’s Lullaby
10. Creepin” In
11. It Must Have Been the Roses
12. Painter Song
13. Don’t Know Why
14. Sinkin” Soon
15. Miriam
16. Happy Pills
17. Stuck
18. Long Way Home
ENCORE
19. Sunrise
20. Come Away With Me
Fuente: El Comercio