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El cuarteto electro-pop más importante del momento hizo bailar a Lima hasta el éxtasis en dos horas de lo que, sin duda alguna, fue el concierto de la década. Black Eyed Peas no dudó en disfrutar con la bandera peruana, halagar Machu Picchu, improvisar rapeos con el nombre de nuestra capital y reconocer, una vez más, el talento y trabajo de nuestra desaparecida cantante Yma Sumac.

Minutos antes de las diez de la noche, Fergie, Will.i.am, Apl.de.ap y Taboo abrieron la velada con la energía de “Lets get started”, poniendo a saltar al respetable y desatando la euforia con temas como “Imma be”, “Rock that body”, “Meet me halfway”, “My humps”, entre otros, que fueron el deleite de los fans.

Con un despliegue técnico y visual de primera, Will.i.am demostró a los asistentes todo su talento con unos minutos de rapeo improvisado con las palabras “Perú” y “Lima”.

Otro momento en que el intérprete estadounidense se robó el show, fue su aparición como robot DJ mezclando en vivo temas de Blur, Red Hot Chili Peppers, Michael Jackson, entre otros inmortales hits en versiones electrónicas que desencadenaron la euforia al límite.

Tal como lo habían mencionado, los músicos no dejaron pasar la oportunidad de agradecerle a nuestro país por la inmortal Yma Sumac, reconociéndola como “la más grande cantante que ha existido” por sus notas altas y bajas.

Por su parte, el mexicano Taboo no paró de elogiar la belleza de las peruanas y agradecer al cielo que el cierre de The E.N.D. World Tour fuera precisamente en tierras incas. “Esta noche soy peruano”, dijo el intérprete latino.

Sin duda alguna, todas las miradas y gritos fueron para la rubia Fergie, cuya potencia vocal enmudeció la explanada del Monumental en más de una ocasión con espectaculares solos. Ella usó varios trajes futuristas a lo largo del concierto.

Tras sacudir a la audiencia con la fuerza de “Pump it” y “Hey mama”, el sentimiento de “Where is the love?” hizo que el público se una formando un corazón con sus manos al cielo.

Will.i.am izó en alto una bandera que le fue lanzada y lució un chullo para el fin de fiesta de una noche irrepetible que, al ritmo frenético de “I gotta feeling”, llevó a Lima a otra dimensión.