Simpáticos desadaptados y artistas famosos son la fórmula del éxito de esta serie musical, la más popular de los últimos tiempo.
Para todo en la vida hay que tener clase. Incluso para perder. Eso lo saben bien los integrantes del coro New Directions, de la escuela McKinley, protagonistas de “Glee”. Todos son perdedores de una u otra forma: desde el profesor que los dirige, Will (Matthew Morrison), hasta Rachel (Lea Michele), la lorna que busca destacar por su voz; pasando por Finn (Cori Monteith), el futbolista apestado por formar parte del coro, Artie (Kevin McHale), el inválido, Kurt (Chris Colfer), el homosexual… Y estos son solo algunos. Todos y cada uno de ellos son desadaptados, de esos que siempre reciben las burlas y los insultos. Pero estos encuentran una manera de destacar: cantando. Ese es su desfogue, esa es su forma de brillar. Y sí que lo han hecho.
Tanto así que, en la primera temporada de esta serie creada por Ryan Murphy (cerebro detrás de la exitosa “Nip/Tuck”), pudimos ver cómo todos estos personaje hacían covers de canciones famosas: desde el capítulo en homenaje a Lady Gaga, pasando por el famoso arreglo de “Don’t Stop Believin’”, de Journey, que se transformó en un éxito en varios países. Es más: los muchachos de “Glee” ocupan el segundo lugar en número de apariciones en la lista Hot 100 que la revista “Billboard” publica semanalmente, y que basa sus cifras en las veces que una canción se pasa en la radio sumadas al número de discos que tiene vendidos. ¿Quién los supera? Solo los Beatles. Estos chicos sí que son algo.
Ahora llega la segunda temporada. Sí, es cierto, a la serie no le fue tan bien en los Emmy, pero veámoslo de forma romántica: una serie sobre perdedores debía seguir la misma senda. Esta noche, a las 10 p.m., por Fox, tenemos de vuelta a nuestros ‘freaks’ favoritos. Y con muchas novedades.
Fuente: El Comercio.pe