La popular ‘Amistá’ comparte, sin perder el sentido del humor, el por qué de su delgada figura y sus planes de tener un bebé.
Desde que empezó en la TV, en 1994, Fiorella Rodríguez no ha dejado de trabajar. Hace medio año volvió a la pantalla chica como conductora del bloque de espectáculos de “Primera edición” y desde el 17 de abril estará al frente del nuevo programa “De todas maneras” por América TV. Siempre cerca de una computadora personal y de un celular, la popular ‘Amistá’ no se hace problemas al hablar de su intenso trabajo ni de los comentarios que nunca faltan sobre su delgadez.
¿Te cuesta empezar tu día a las 5 de la mañana para conducir “América espectáculos”?
Nunca me he levanto diciendo: ¡qué flojera, hoy tengo que ir a trabajar! Todo lo contrario. Me he vuelto a encontrar con mi portátil y estoy feliz. Todas las mañanas, antes de ir a trabajar, como toda madre, dejo lista la lonchera y firmo la libreta escolar. Antes de que me pasen a recoger para ir al canal, despierto a mi ‘pioja’ y le doy su buen beso. A las seis de la tarde estoy otra vez en casa haciendo las tareas con ella y, antes de dormir, siempre veo una comedia con Sandro [Ventura, su esposo].
Aparecer en TV hace que sumes seguidores y también detractores, ¿cómo sobrellevas las críticas?
Es válida la opinión de todas las personas. Doy gracias a Dios de que tengo muchas ocupaciones, proyectos que me mantienen ocupada como para estar deteniéndome en algún comentario. Siempre digo: “Yo no como mantequilla, pero me baño en ella”.
¿Tener una empresa de difusión de espectáculos no te ha traído complicaciones con tu bloque de farándula?
Nunca, porque pongo las cosas claras desde el inicio. La información es lo que pesa y siempre se presentan los contenidos con pluralidad; creo que eso salta a la vista. Tengo un maravilloso equipo de producción tanto en la radio como en TV y en la revista. Son proyectos que están relacionados con el entretenimiento, cuyo único objetivo es informar.
Estás en la TV, tienes la empresa Masmedios y acabas de volver a la radio. ¿También relanzarás tu revista “All Access”?
Creo en la buena vibra y en que lo bueno jala a lo bueno. Hay muchas puertas que se abren y uno debe manejarlo con cautela para no llegar a caer chinche. Estoy muy agradecida. Acerca de la revista, sí, vamos a tener una alianza con dos empresas grandes y la relanzaremos en el siguiente semestre. Además, estoy los jueves al mediodía en Radio Insomnio con un programa que informa acerca de los espectáculos que pasaron y los que se vienen.
Ahora alistas el programa “De todas maneras”. ¿En qué consiste?
El nombre viene de una frase que me la pegó el ‘chochera’ Roberto Martínez. Él dice que yo soy su cábala y yo le digo que él es la mía. El programa presentará especiales; queremos que tenga un abanico bastante amplio. Por ejemplo, podemos mostrar las mejores cachetadas de las telenovelas, resúmenes de lo que se viene o algo que ha pasado el fin de semana. Será fresco y ágil. Salimos el 17 de abril a las 7 p.m. Luego de que “Minuto para ganar” pase a los domingos, “De todas maneras” se verá a las 6 p.m.
No paras de trabajar. ¿Tu hiperactividad tiene algo que ver con tu contextura corporal?
Los comentarios no hacen que uno deje de trabajar. Yo he sido flaca desde que di a luz, hace 13 años. Vengo de una familia que tiene una conducta vegetariana, muy sana. Todo el mundo dice pero tú antes… y sí, pues, pero di a luz y me chupé.
¿Qué pasó?
Di a luz, y a una persona que pierde peso –porque ciega no soy, claro que perdí una cantidad de peso considerable– y tiene una conducta totalmente sana –no confundir sana con no alimentarse– le cuesta ganar kilos. Yo también estaba acostumbrada a mis curvas. Entonces dije: me pongo implantes.
¿Y lo hiciste?
Sí, me puse implantes arriba. Estaba emocionadísima, no veía mi ombligo, me aumenté como ocho tallas, creo. Luego de dos meses, no podía bañarme ni ponerme un polo. Me dolía demasiado, le dije al doctor: “O me muero de dolor o me muero de cochina”. Sandro [Ventura] ni siquiera las podía saludar. Sucede que, de cien personas, un cuerpo las rechaza, y ese era el mío.
¿Te las quitaste?
Volteé y le dije a mi marido “confórmate que esto es lo que hay” (risas). Sandro se mataba de risa. Me volvieron a dormir y volví a mi realidad. Llevo, a mucha honra, mis 78 centímetros (risas).
¿Cómo tomas las bromas que te hacen por tu contextura?
Mis amigos son una basura (risas). Cuando salgo a la calle me dicen: “Habla, Morticia” o “cómete algo, flaca”. Yo les respondo: “Habla, chochera”. Me mato de risa también. Todo bien.
Todo tiene que ver con la alimentación vegetariana, entonces…
Solo como carne blanca: el pescado es una fuente de fierro total; lo como casi a diario. No confundir una conducta de alimentación sana con no alimentarse. Hay una diferencia abismal.
¿Te gustaría ganar kilos?
Claro; por eso, hago mis fierritos y tomo mis batidos con proteína por el tema de la masa muscular. Das a luz y hay un montón de cambios en tu cuerpo; en el mío fueron sumamente pronunciados. Dentro de lo que hay se tiene que trabajar para estar durita.
¿Piensas en tener más hijos?
Sí, me gustaría. No tenemos un hijo juntos [con Sandro]. Hemos pensado en tener un bebe. Ahora tanto él como yo estamos muy ocupados, pero es un tema que conversamos. Por ahí que a fin de año puede concretarse. Tenemos la ilusión de tener un hijo.
Fuente: El Comercio
