La superestrella puertorriqueña habló en exclusiva con El Comercio acerca de su próximo concierto en Lima el 1 de julio.
El ‘abayarde’ Tego Calderón viene a nuestro país por cuarta vez para reencontrarse con sus seguidores el viernes 1 de julio en el C.C. Embarcadero 41. “Siempre me he sentido cómodo en el Perú”, admite el cantante.
Has venido cuatro veces. ¿qué relación tienes con el público peruano?
El público peruano se identifica con mis letras. No solo conoce lo comercial y bailable de mi repertorio, sino toda mi propuesta. Siempre está pidiéndome canciones que en otros lugares no conocen. Por eso me siento muy cercano a ellos. Yo podría ir más seguido, pero no quiero aburrirlos.
¿Hay algún lugar donde aún no has cantado y te gustaría visitar?
Me encantaría ir a Haití. A pesar de que está la barrera del idioma, tengo muchos seguidores allí. No sé por qué hasta ahora no he podido tocar allá, si está tan cerca.
¿Ya hay una fecha definida para la salida de tu nuevo disco, “El que sabe, sabe”?
No. Solo sé que saldrá este año. Es un disco conceptual y tengo la responsabilidad de mostrar una madurez tanto lírica como musical. Es por eso que ha tardado tanto. Me he tomado un tiempo necesario para poder reencontrarme como artista y como músico.
René Pérez, de Calle 13, me dijo que no creía que su banda toque reggaetón, sino que ya había trascendido el género. ¿Tu próximo disco también buscará romper los límites del reggaetón?
Nada, hermano. Yo no creo estar más acá ni más allá del reggaetón. Al contrario, estoy muy agradecido con el género. Además, Fue justamente por los cuatro reggaetones que incluí en mi primer disco que el género trascendió Puerto Rico, cruzó mares y abrió puertas. Yo también estoy en una búsqueda y hago otras cosas, pero no me da vergüenza cantar reggaetón.
Hace unos años Willie Colón me dijo que el reggaetón había tomado el lugar que la salsa tenía entre los jóvenes de los barrios latinoamericanos.
Con el éxito la música pierde su esencia. Ahora el reggaetón parece balada pop. Lo mismo sucedió con la salsa, la bachata, el merengue, y hasta con el blues. Las disqueras dañan todo.
Fuente: El Comercio