Nuestra editora de espectáculos, Carla Chévez, cuenta algunos momentos que marcaron su vida junto a “Chelita”.
Analí Cabrera emprendió un viaje sin retorno y, ayer, a las 6:15 de la mañana, cuando me enteré de su deceso, recordé la primera vez que la vi. Fue en los años ochenta, un sábado, en casa, reunida con la familia que esperaba ansiosa las 8 de la noche para ver ‘Risas y salsa’ y reír con el sketch de ‘El jefecito’, donde ella personificaba a la dulce ‘Chelita’ al lado de Antonio Salim, Mabel Duclos y Rodolfo Carrión.
Segundos después reaccioné y esbocé una sonrisa porque luego de algunos años, cuando
hacía mis prácticas de periodismo, la conocí al finalizar la grabación del gran programa cómico que superaba los 50 puntos de rating. Estaba nerviosa, pedí entrevistarla y aceptó de inmediato, haciendo gala de una sencillez que solo ostentan los grandes de corazón.
Fueron ocho minutos de conversación en los que hablamos del éxito de su personaje y su futura boda con Rodolfo Carrión. En todo momento sonreía, incluso cuando le pregunté ‘¿cómo alguien tan guapa iba a casarse con ‘el feo con suerte’?’ (como algunos colegas habían calificado a “Felpudini’). Su respuesta me mostró a una mujer enamorada y tierna. “…La belleza más hermosa está en el corazón, porque lo exterior se desgasta”, me dijo.
El tiempo transcurrió y Analí siguió creciendo artísticamente en otros sketchs como ‘La guerra de los sexos’, ‘El guachimán Pacheco’, al lado de Adolfo Chuiman y su ‘papá’, como llamaba cariñosamente al desaparecido Álex Valle. Incluso tuvo su programa de aeróbicos.
Analí era apasionada y perfeccionista. Fue la primera en imitar a Michael Jackson con su famoso tema ‘Billie Jean’ y hacer el espectacular ‘paso lunar’ que alguna vez le pedí me enseñe en el camerino de Panamericana, mientras su hermana Rosa nos observaba y reía al ver que perdí el zapato en uno de mis fallidos intentos.
Cosas del destino, pasaron los años y me reencontré con ella en los pasillos del Inen (Instituto de Enfermedades Neoplásicas). Hasta allí llegué con mi madre que enfermó también de cáncer. Al verme se acercó, nos saludamos y abrazó a mi ‘gordita’, le dijo con una sonrisa y fe inquebrantable: ‘tú puedes, eres una luchadora y saldrás adelante’.
Ese instante quedó grabado para siempre en mi corazón y se lo dije cuando la entrevisté en el teatro ‘Canout’, durante los ensayos de la obra ‘Las viejas amistades’. En esa puesta, hizo un musical precioso, dejando claro que era la mejor vedette del país y una excelente profesional, pues el cáncer, que ya había minado su salud, no le impidió bailar y demostrar su talento.
En este momento escribo con lágrimas en los ojos. Descansa en paz Analí y gracias por los buenos momentos que nos regalaste en la televisión, tu lucha constante y palabras de aliento para quienes padecen de este terrible mal, pero sobre todo, gracias por concederme minutos de tu vida para conversar y llegar a mi redacción
feliz por haber conseguido mi primera nota periodística… Hasta siempre, ‘Chelita’.
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Fuente: Diario Trome