El embajador del vallenato cantará el 27 de agosto en el estadio de San Marcos junto a Rubén Blades y Luis Enrique.
La sola mención de su nombre casi equivale a pensar en todo un género musical. Y si en su país de origen tal vez haya otras figuras que son o fueron emblemas del vallenato, Carlos Vives es el embajador por excelencia de ese estilo tan colombiano como el mejor café o los rizos rubios del ‘Pibe’ Valderrama. Vives es un hombre de carisma y fácil sonrisa, el colombiano es recíproco en este ir y venir de afectos. Charlamos por teléfono con él y tenía mucho que decir.
Ahora Lima tendrá la gran ocasión de volver a presenciar su show en directo, cuando se presente, el 27 de agosto, en el estadio de San Marcos, al lado de otras grandes figuras como son Rubén Blades y Luis Enrique. Sí, la Fiesta Latina II ya está en su cuenta regresiva.
¿Qué te parece el cartel para el show en Lima, con Rubén Blades y Luis Enrique? ¿Es la primera vez que compartes el escenario con ellos?
Realmente sí. Y bueno, siempre hemos sido fanáticos de la buena salsa y por Rubén sentimos mucho respeto y cariño. Hay un dato curioso, el papá de Rubén es de la ciudad en donde yo nací, que es donde estamos precisamente ahora, en Santa Marta. Entonces, siempre ha habido una conexión con él. Y es estupendo regresar a Lima, donde nos quieren y nos apoyan, y donde siempre están pendientes de uno. Es una buena oportunidad de devolverle a la gente todo ese cariño.
Tu más reciente disco, “Clásicos de la provincia II”, ha sido un récord de ventas en Colombia y ahora también va a lanzarse internacionalmente…
Estamos a punto de volver a la industria como tal, con una compañía de discos grande, como es Sony. Han sido poco más de cinco años en los que he estado casi fuera de la industria. Y el disco “Clásicos II” ha sido una forma de retomar la saga de aquel primer álbum. En un principio salió en Colombia y ahora estamos cerca de ponerlo en el mercado internacional. Y está la posibilidad de hacer tres álbumes más, con un nuevo contrato, que son los que, de alguna manera, nuestros seguidores nos han pedido: el “Unplugged”, el material en vivo y por supuesto la oportunidad de hacer un álbum con nuevas canciones.
Desde hace algunos años, Colombia se ha convertido en un referente de la música popular latinoamericana. ¿A qué crees que se debe este crecimiento o expansión?
Yo creo que en diferentes tiempos le pasó eso a la música colombiana. Cuando se fueron esas primeras cumbias a diferentes lados de nuestra América. Creo que ese fue el primer ‘boom’ de la música colombiana; cuando la cumbia y el vallenato eran parte de una misma corriente. Por su geografía, por su historia, Colombia tuvo un movimiento de música muy importante que se generó en el río grande de la Magdalena. Al principio no fue tan industrial como puede ser hoy, pero no por eso dejó de existir. Se dio una corriente muy similar a la que ocurrió en el sur de Estados Unidos con el blues, con el ir y venir del Mississippi; aquí fue el ir y venir del Magdalena. Hoy, que todo es más mediático, hemos tenido la oportunidad de sacar hacia otros lados del mundo música de distintos estilos.
No quería dejar pasar la oportunidad de preguntarte sobre la muerte de Joe Arroyo…
Hombre, muy triste. Joe fue un referente para nosotros, primero como público, después como parte de esa clase artística colombiana. Fue muy duro. Cuando nos enteramos de su muerte, nos acercamos a los medios y mi voz temblaba todo el tiempo porque nos sorprendió la noticia, aunque sabíamos que estaba enfermo, pero era una persona muy joven. Tuvo una lucha contra esa enfermedad (diabetes y problemas renales) y la adicción, pero para nosotros los colombianos siempre fue un referente. Yo tuve la oportunidad de estar con él en varios escenarios y de trabajar para él como productor. Ha sido muy duro, pero a la vez estoy contento por haber sido testigo de la era de Joe.
¿Qué opinión tienes del mercado musical actual, de las nuevas tecnologías y de la forma de distribuir y escuchar música? ¿Te ha afectado en lo que es la venta de tus discos?
Mucho. Tenemos casi cinco años de estar fuera de la industria, fundamentalmente porque cuando terminábamos nuestros contratos de los discos que hicimos hasta el día de hoy, muchas cosas habían cambiado. Tal vez uno, por inocencia o lo que fuera, no se dio cuenta de los cambios que se avecinaban. A mí me tomó por sorpresa. Y no solo son los cambios en la tecnología, sino también en la forma de trabajar de las disqueras. Nos ha tomado tiempo adaptarnos y entender lo nuevo.
Finalmente, Carlos, ¿qué nos prometes para el concierto en Lima, cómo lo ves?
Va a ser una linda oportunidad de volverlos a ver, de regresar a un país donde nos quieren y de compartir con artistas peruanos e internacionales. Sabemos que hay cariño, así que uno va dispuesto a dejarse querer y a devolverles todo lo que nos han dado. Los espero a todos.
Fuente: El Comercio