La posible reaparición pública del cineasta Roman Polanski en el Festival de Jazz de Montreux tras el levantamiento del arresto domiciliario al que estuvo sometido durante siete meses en Suiza ha generado una gran expectación mediática.
“Hemos recibido muchas, pero muchas peticiones de acreditación para el concierto de mañana”, señaló a Efe Francesco Laratta, portavoz del Festival de Montreux.
“Muchas” son casi un centenar, la mayoría de las cuales han sido rechazadas “porque hemos tenido mucho cuidado para dejar fuera a los ‘paparazzi’ y acreditar sólo a los medios ‘de verdad”, precisó Laratta.
Mañana sábado actuará en el festival de Montreux la esposa de Polanski, la actriz y cantante Emmanuelle Seigner.
Fue ella misma quien, aparentemente, contó al diario francés Liberation que el cineasta estaría el sábado acompañándola en el concierto que ofrecerá en Montreux.
Laratta señaló que oficialmente la organización “no sabe nada” de la eventual presencia del director de “El Pianista” en el festival, aunque tampoco la descartó.
Seigner, protagonista de “Lunas de Hiel”, grabó su primer álbum “Don’t kiss me goodbye” en el 2006; un año después firmó la banda sonora de la película “Backstage”; en el 2007 lanzó un disco con el grupo “Ultraorange”; y este año publicó su último trabajo, “Dingue”, esta vez íntegramente en francés, y que va a presentar en Montreux.
El cineasta franco-polaco fue puesto en libertad el pasado lunes tras haber permanecido siete meses en arresto domiciliario y más de 60 días en la cárcel, después de haber sido detenido en Zúrich en cumplimiento de una orden de busca y captura internacional solicitada por Estados Unidos.
Washington persigue desde hace 33 años a Polanski, acusado de haber mantenido relaciones sexuales con una menor en 1977 y de haberse fugado del país -aprovechando su libertad condicional- sin supuestamente haber purgado la pena.
La ministra de Justicia helvética, Eveline Widmer-Schlumpf, decidió rechazar la demanda de extradición de Polanski, utilizando dos argumentos: que en la petición no quedó probado que el cineasta no hubiera pagado ya su pena, y que se había violado el “principio de confianza”.
Este principio “de buena fe” se sustenta en el hecho de que Polanski nunca se habría imaginado que sería detenido en Zúrich -donde había llegado para ser homenajeado- dado que era propietario de un chalet en la exclusiva estación de esquí de Gstaad, en el sur de Suiza.
Precisamente desde que abandonó Gstaad, Polanski se encuentra en paradero desconocido y nadie ha podido averiguar hasta la fecha si abandonó el territorio helvético, y en caso de haberlo hecho, dónde se encuentra actualmente.
La expectación ante su eventual primera reaparición pública, libre y sin el brazalete electrónico que portó durante siete meses como medida para evitar su fuga, cobra especial interés por el hecho de que sea en Suiza, y no en Francia donde siempre gozó de libertad de movimientos.
Seigner y Polanski se conocieron en 1988 durante el rodaje de la película “Frantic” -en la cual la actriz compartió escenario con el actor Harrison Ford- y se casaron en 1989, un matrimonio que ya dura más de dos décadas y del que han nacido dos hijos, Morgane, de 17 años y Elvis, de 12 años