Al conductor de “Amor, amor, amor” le importa “un pepino” si a algunas personas no les gusta lo que hace: “Que tu trabajo te resulte divertido y que encima te paguen es lo máximo”.
Fiel a su estilo, a Rodrigo Gonzáles, el popular “Peluchín” de la televisión peruana, le importa muy poco lo que la gente pueda comentar sobre su trabajo y su orientación sexual.
“Tenía muchos amigos que me decían, pucha oye, qué haces hablando de esa gente, pero a mí me importa un pepino. Será por eso que admiro a la Tigresa del Oriente y pienso que uno tiene que hacer lo que le gusta, lo que le provoca. Que tu trabajo te resulte divertido y que encima te paguen es lo máximo”, comenta el conductor, junto a Sofía Franco, de “Amor, amor, amor”.
Formado en Comunicación Audiovisual, Gonzáles asegura que no es ajeno a la producción del programa. “Eso es algo por lo que a veces discuto con el productor Dany Tsukamoto. Me dice tú a lo tuyo, pero todo el día lo jodo y lo llamo. Los conductores también son responsables de lo que ofrecen, lanzan o avalan, por eso me interesa estar involucrado”, afirma en la última edición de “Somos”.
“Peluchín” confiesa que de pequeño soñaba con ser presentador de televisión. “En los almuerzos familiares organizaba a los primos menores, les daba el parlamento de la historia y los hacía actuar”, recuerda.
Y no tiene ningún problema en reconocer algunas hábitos considerados “metrosexuales”. “Uso todas las cremas, contorno de ojos, hidratante de cara. Uso perfume hasta para dormir, ir al supermercado o montar bicicleta. Uso el mismo perfume hace diez años, creo que es a lo único que le he sido fiel en la vida (risas)”.
