Roberto Martínez pasará su prueba de fuego. Hoy después de 12 años, exactamente desde enero de 1998, fecha en que se divorció de Gisela Valcárcel, el pelotero se verá frente a frente con su ex esposa, ya que dará inicio a sus ensayos para su debut en “El gran show”, junto a su “soñadora” Katy Monroy.
Martínez llegará muy temprano a las instalaciones de la casa que acondicionó la producción del programa en Lince (justo al costado de la oficina de Gisela) y se espera que tenga el primer contacto físico con la rubia animadora, con quien sólo ha hablado una vez por teléfono.
Y es que según allegados a la producción, la Valcárcel visitará hoy a todos los participantes, entre ellos a “Robert” en un encuentro que, claro está, será a puerta cerrada para no “quemar” el estreno del reality. Sin embargo, ya se especula cuál será la primera reacción de ambos al verse. ¿Se mirarán a los ojos y sólo se saludarán con un apretón de manos? o ¿sin pronunciar palabra alguna se estrecharán en un efusivo abrazo que culminará con un beso en la mejilla? Corren las apuestas.
Estas fechas, sin duda, marcan la vida del ex jugador crema y la rubia, ya que hace 15 años, entre los meses de abril y mayo, ambos se encontraban en plenos preparativos de la apoteósica boda que celebraron el 10 de junio de 1995. Por estas fechas todo era felicidad ente ellos, se juraban amor eterno y compartían al mediodía sus más íntimos secretos con las “señitos”. Ahora, por ironías del caprichoso destino, los ex esposos se encuentran también en plenos preparativos, pero no de su boda, sino del reeencuentro televisivo que ya se vislumbra como un próximo récord de audiencia. Sin lugar a dudas que el estreno de “El gran show” generará una expectativa nunca antes vista.
Pero el “amiste” de la ex reina del mediodía y el ex capitán no es el único “gancho” que tiene planeado el equipo de producción del reality, ya que la Valcárcel cambió la metodología de su programa y ahora cámaras de televisión acompañarán a toda hora a Roberto, para conocer la convivencia con su “soñadora” y todos sus movimientos al detalle, así como del resto de participantes. Es decir, hay chisme para rato.