Evelyn Vela está devastada. Hace tres días enterró a su hija, quien falleció de neumonía
Se afirma que estamos preparados para superar cualquier dolor, cualquier pérdida, menos la muerte de un hijo y esa pena la vi reflejada en el rostro triste y devastado de Evelyn Vela, quien el jueves último enterró a su pequeña hija Anna ib (4).
Mientras me acercaba hacia ella, la recordé risueña animando el festival de la Vendimia de Ica o dando qué hablar por el romance que tuvo con el ex futbolista Waldir Sáenz, pero esos recuerdos se esfumaron al darle el pésame y sentirla muy frágil.
En agradecimiento, Evelyn hizo la “mueca” de una sonrisa y puso a su pequeño Ian en los brazos de su madre, quien sufre el doble porque perdió a su nieta y entiende el dolor de su hija, para conversar unos minutos con Trome.
“Estoy tratando de estar fuerte por mis otros tres hijos (Marcos 11, Anne 6 e Ian 4 meses) porque están sufriendo, como yo, al saber que su hermanita ya no “despertará”. Los traje a la matiné de su prima hermana para que se distraigan si mi Anna ib, mi bebita fashion, se hubiera salvado, hoy (vienes) estaría aquí”, dice, esforzándose para no quebrarse por sus pequeños.
Siento su dolor y digo que es como las leonas, aún heridas defienden y protegen a sus cachorros.
“Ya nada será igual. De todos mis hijos, Anna ib era la más sana, la que más comía y la más cariñosa. Ella me veía en pijama y me decía: Mamita, qué fashion estás. Siempre me pedía que la maquille para ir a los cumpleaños de sus amiguitas. Hace poco asistió a una donde pidió una “sorpresa” para su hermanito Marcos. Eran muy unidos al igual que con Anne, pues a las dos las vestía igual. Muchos creían que eran mellizas. Sus hermanos, por momentos, creen que sigue dormida en su cajita blanca y se va a despertar, pero cuando oran, se quiebran y lloran… y entienden que ya no volverá”, dice llorando.
Guardo silencio, pero tengo un nudo en la garganta y no sé qué decir, cómo consolarla. Entonces, su dolor e impotencia la hacen hablar con furia y que seque sus lágrimas con rabia.
“Me llenó de ira saber que esa madre desnaturalizada (Isabel Tello Chanduví) mató a su hijita Pierina, le cosió la boca y encima la dañó con un palo porque odiaba al padre. Yo estaba con mi esposo cuando dieron la noticia y le dije: Te mato a ti, pero a mi hija, no. Jamás permitiría que dañaran a mis hijos”, añade.
¿Siempre has cuidado bien de tus bebés? ¿Los criabas tú?
Sí, para qué voy a tener hijos si no los voy a criar, y que vivan conmigo. Es cierto que cada uno tiene su nana y ellos saben que nadie los puede tocar, por eso es chocante para mí y mi familia que digan que mi hijita presentaba lesiones en sus partes íntimas, dando a entender que la violaron. Eso es imposible. Ella falleció de neumonía como dice la necropsia. Fueron tres médicos los que la asistieron en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la clínica donde estuvo internada el día que falleció. La resucitaron dos veces, después que botó sangre por la boca, pero a la tercera su corazoncito no dio más y murió… se me fue. Estoy esperando los resultados de la patología y otros informes que he solicitado para que no se tergiversen las cosas y no se manche el nombre de mi bebé que está muerta.
Tienes plena confianza en sus nanas y tu chofer.
Sí, porque mis hijos hablan todo, no se callan nada. Y Guillermo (chofer) es de mi entera confianza con decirte que, cuando mi Anne nació y yo no tenía empleada, él la sacaba en su coche a pasear y las nanas lo vacilaban en el parque. Es una buena persona (sus ojos se llenan de lágrimas otra vez).
Evelyn se refugia en los brazos de su madre buscando que su calor aplaque el dolor de la ausencia de Anna- ib.
“Yo maquillé a mi hija. Eso le pedí a mi esposo, porque no quería que la vistiera para que no me ponga mal, pero escogí su ropita y cuando abrí su ropero vi su foto pegadita a la de su “Joel” (Erick Elera,) pues ella decía que era su novio. Todos estamos destrozados, mi esposo llora a solas y sus abuelitos (paternos, que son cristianos) también porque no tenían hijas y mis reinas eran como suyas”, cuenta con la voz entrecortada.
Marcos y Anne se acercan y le preguntan a su mamá por qué llora. Ella disimula diciendo que se está resfriando por el aire acondicionado del centro de comida rápida en el que estamos. La miran, pero sé que no le creen. Guardan silencio unos segundos y una de sus tías se los lleva a jugar.
“Estos son los momentos en los que no sé qué hacer y también cuando entro a la habitación de mi hija y veo sus cosas que se van a quedar como las dejó. Siento que ya no tengo fuerzas, que parte de mi alma se ha ido con mi Anna ib, mi bebita, por eso no entiendo cómo esa mujer (Isabel) pudo matar a su hijita. Si yo, todas estas noches en las que ya no tengo a mi pequeña, veo su fotografía que su papá puso en un cuadro, que está al lado de nuestra cama y la recuerdo jugando, sonriendo, comiendo, saltando o cuando la hacía dormir en mis brazos dándole de lactar”, señala Evelyn, resumiendo el dolor de ya no ver crecer a su hija, pues la muerte, como un inmenso muro de piedra, se ha interpuesto en los sueños de ambas
Fuente: Diario Trome