La actriz mexicana contó que fue la última en desarrollar su físico entre sus amigas, por lo que pidió una ayuda divina.
Salma Hayek, la actriz poseedora de una de las figuras más envidiadas de Hollywood, contó durante una entrevista promocional de la película “El gato con botas” que de chiquita le pidió ayuda a Dios para poder desarrollar su físico, pues era la menos exuberante entre sus compañeras.
“Era la más pequeña de clase, todas las chicas estaban empezando a tener busto y yo no tenía nada. Estaba muy asustada. Me molestaba mucho porque todo el mundo era mayor y yo era una chica delgada y poco femenina. Así que iba a una iglesia que tenía un santo que se suponía que hacía milagros. Mojaba mis manos en el agua bendita y rezaba: “Por favor Jesús, haz que me crezcan””, contó Hayek.
Como es evidente, finalmente Salma Hayek obtuvo el físico que deseaba.
Fuente: El Comercio