El cómico confiesa que de pequeño sufrió mucho al quedar huérfano porque “tíos” lo hacían trabajar.
El cómico Edwin Sierra rememora sus años infantiles cuando, recién llegado del Cusco y tras quedar huérfano, pasó varias fiestas navideñas sin tener los juguetes deseados, conformándose con ropita usada.
¿La Navidad es alegría para ti?
Tengo sentimientos encontrados, porque recuerdo las navidades de mi infancia y la tristeza me embarga.
¿Qué recuerdos te llenan de tristeza?
Cuando quedé huérfano, viví en casa de diferentes personas que llamaba tías o tíos, y me tenía que ganar mi comida trabajando en sus casas, a mí me ilusionaba pensar que también podría recibir un regalo y solo me daban ropa usada.
¿Nunca tuviste juguetes?
Siempre quise tener unos carros para jugar al policía que persigue al ladrón. Así como mi pelota, porque s me gusta el fútbol.
¿Es verdad que en esa época también te marca “El chavo del ocho”?
Claro, porque un desconocido me regaló un muñeco del “Chavo”. No lo había visto en televisión, pero me encantó el muñeco, era simple, pero tierno. Luego, vi el programa en la pantalla y quedé prendado de ese personaje que me ha dado muchas satisfacciones.
Actualmente, ¿cómo vives la Navidad?
Apoyando a los niños más necesitados porque en la vida hay que ser agradecidos, y creo que algo puedo darles. Y familiarmente, con Milena la pasamos juntos, ella cocina y siempre deben haber sus regalitos. Esta Navidad, además, es especial porque mi hijo está conmigo, decidió venir y me alegra tenerlo en casa, pues vive en Estados Unidos con su madre.
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Fuente: Diario Trome