La tuvieron que separar del resto de internas, quienes no soportaban los gritos y el llanto de la actriz.
Según informa el Daily Mirror, la actriz no soporta la prisión y no deja de quejarse todos los días y eso ha obligado a los funcionarios de la cárcel a ponerle especial atención, lo que ha provocado molestia en las reclusas.
“Ella está junto a sentenciadas por homicidio y sólo la han dejado salir al patio por una hora. Durante ese tiempo se escondió debajo de una mesa”, dijo Cheryl Presser, una ex presa que acaba de ser puesta en libertad, al Daily Mirror.
“Algunas de las internas de nuestro módulo, algunas de las más fuertes, la insultaban. Lindsay no dijo nada y sólo empezó a llorar más fuerte”, añadió Presser.