La cineasta nacional, junto a otras representantes del cine del continente, debatieron en el coloquio “Mujer, identidad y lenguaje en el audiovisual iberoamericano contemporáneo”.
Aunque quedaron atrás los tiempos en que la mexicana María Novaro tuvo que tramitar un permiso oficial ante el sindicato de su país para poder dirigir su ópera prima, pues eso les estaba prohibido a las mujeres, las directoras de cine de América Latina afirman que aún deben luchar hoy contra prejuicios.
“Hay algo que todavía no cuaja, todavía nos subestiman. Aún estamos en las ligas menores”, dijo hoy Novaro (“Lola”, “El jardín del Edén”) tras recordar esa anécdota suya en Lima, donde participa como jurado del XIV Festival de Cine de la capital peruana.
“Estamos en minoría, casi disculpándonos por ser mujeres y hacer cine”, complementó Claudia Llosa, quien con sólo dos películas, “Madeinusa” y “La teta asustada”, se ha convertido en el gran referente del cine del Perú.
¿PORQUÉ LA DIFERENCIA?*
Novaro, Llosa, la directora argentina Lucrecia Martel (“La mujer sin cabeza”, “La niña santa”) y la novelista y periodista española Rosa Montero (“La hija del caníbal”), integrantes del jurado del Festival, participaron hoy en un coloquio titulado “Mujer, identidad y lenguaje en el audiovisual iberoamericano contemporáneo”, en el que expusieron sus pensamientos sobre el tema.
“Es una falta de respeto a la diversidad. Pensar no es una posición de género”, se quejó Martel respecto al hecho de que en todas las entrevistas le preguntan por su condición de mujer y la enmarcan en ese concepto. “Me preguntan por qué hago películas sobre mujeres ¿por qué no le preguntan a (Francis Ford) Coppola por qué hace una película con hombres, como “El padrino”?”, cuestionó.
ROSA MONTERO CRÍTICA
En el mismo sentido se pronunció Montero, quien, a pesar de ser la más enfática en el reconocimiento de que las cosas han mejorado, cuestionó por ejemplo que la organización del Festival, en los folletos de presentación, haya destacado a Novaro como una directora que ha sabido definir muy bien los personajes femeninos, cuando de hecho también lo ha logrado con los masculinos.
“Cuando el personaje es una mujer, se habla de la mujer. Cuando el personaje es un hombre, se habla del género humano”, ironizó Montero respecto a esa doble mirada.
RECHAZAN “CINE DE MUJER”
En ese marco, las tres directoras y la escritora rechazaron la existencia de un “cine de mujer”, como tampoco podría hablarse, precisaron, de un “cine de hombre”.
No obstante, Novaro matizó al considerar que sí hay temas que la mujer puede trabajar con más puntualidad por conocerlos. Incluso señaló que a partir de investigaciones sobre neurología que hizo para una de sus películas, aprendió que los cerebros del hombre y la mujer son físicamente distintos. “De haberlo sabido no habría tenido tantos divorcios”, bromeó con su permanente tendencia al buen humor.
En ese aspecto Montero discrepó, pues consideró que un hombre puede tener un perfecto conocimiento de la mujer, y viceversa, y recordó que experimentos realizados en Estados Unidos han demostrado que el cerebro se puede modificar con determinadas prácticas. “¿Hasta qué punto las diferencias (o el énfasis en ellas) nos obligan a hombres y mujeres a ser unas caricaturas?”, se preguntó.
JURADO DE LUJO
Montero, Novaro, Martel y Llosa tendrán la responsabilidad, junto con el experto francés Jean Pierre García, de elegir la película ganadora del Festival de Lima entre 20 cintas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Nicaragua, Perú y Uruguay.
Fuentes de la organización señalaron que han sido interrogadas varias veces sobre por qué se optó por conformar un equipo predominantemente femenino, cuando tal interrogante no existió en las ocasiones previas en que hubo mayoría de hombres.
