La chalaca dice que ya no lo ama pero le duele ver cómo cambio.
Melissa Klug está dolida y decepcionada del “hombre al que más amó en su vida”, Jefferson Farfán. La chalaca abrió su corazón de madre, y por qué no decirlo, de mujer, para contar llorando que durante siete años luchó por conservar su hogar con el delantero del Schalke 04, con quien ahora está enfrascada en un tema judicial.
Debes estar dolida con todo lo que se dice de ti.
Y cómo no estarlo si me califican de lo peor… arribista, cazafortunas, trepadora, vividora, ¡ya basta!.
Ahora estás enfrascada en una lucha judicial con Jefferson, pero en el programa de Magaly, señalaste que era un buen padre.
Le mandé un mensaje entre líneas para que esto se solucione y no llegar a esta situación que me avergüenza, porque es feo salir en los diarios y ventilar nuestros problemas.
¿Tus problemas con “Jeffry” no empiezan en junio?
No. Ya arrastrábamos cositas, pero lo último fue esa fiesta con encerrona.
¿Y no lo llamaste para reclamarle?
Hablé con él, un día antes que viaje, y me dijo que hizo esa fiesta para su primo por su cumpleaños. Sin embargo, luego no vino a dormir el jueves, viernes y sábado.
Ustedes ya venían de una separación anterior.
Sí. Él terminó conmigo, desde Holanda, por influencia de su gente, pero después me buscó y volvimos.
“LE AGUANTÉ MUCHAS COSAS”
¿Te daba el amor para intentarlo otra vez?
Sí. Lo amé tanto, que le aguanté muchas cosas.
Una fuente fidedigna me contó que nunca quisiste a Jefferson…
¿Y estuve con él siete años? Lo amé muchísimo, ha sido el único hombre que amé con todas mis fuerzas.
¿Más que a tu primera pareja, Abel Lobatón?
Sí, lo amé con mi cuerpo y alma, pero ahora lo desconozco…
Comentan que te embarazas para beneficiarte con las pensiones de tus hijos.
Si hiciera hijos para hacerme millonaria, no tendría que hacerle juicio a (Abel) Lobatón para que le pase la pensión a mis hijas y no hubiera esperado tener cuatro años de convivencia con Jefferson para tener un hijo. No soy una trepadora que está con uno y con otro como muchas. A mí no me pueden poner en ese mismo saco.
¿No “trampeaste” con Farfán cuando aún eras pareja de Abel Lobatón?
No, ya estaba separada de él. Mi relación con Abel iba mal…
Tienes un estigma, te dicen “La blanca jugadora de Chucuito” que empezó a “jugar” desde los 13 años.
Eso me jode. La gente habla sin saber. Me ilusioné cuando tenía 15 años y no funcionó, me separé y me casé con Abel. No me fue bien y terminamos. Luego conocí a Jefferson y me enamoré de él, pero del que estaba en Alianza Lima cuando no era la figura que ahora es y su billetera era delgadita.
Muchos afirman que has llevado una vida alegre en discotecas, con tragos e incluso drogas…
Me gusta la salsa y voy a las salsotecas, que lamentablemente están mal vistas aquí, pero voy cuando mis hijos duermen. No me “boleteo”. Además, estoy soltera y no le hago daño a nadie. *
Dices que te enamoraste de Farfán por su manera de ser, ¿cómo era?*
(sus ojos brillan) Cariñoso, atento. Me enamoré de su color negrito, pero ese Jefferson se ha perdido…
¿El dinero lo cambió?
Tal vez, aunque creo que son los amigos que lo rodean. Su proceder me hace pensar que nunca me amó. Yo le di una familia, un hogar, fui la única que lo consoló.
*¿Cuántas veces lloró sobre tu hombro? *
Muchas y una vez fue cuando nació nuestro hijo. Él lo vio nacer, salir de mi vientre…
¿Pensaste que este “matrimonio” iba a ser para siempre?
Sí, que iba a llegar a viejita de la mano con él viendo a Adriano jugar como una estrella del fútbol.
¿Tal vez le disgustó que siempre viajaras con tus amigas y familia a Europa, cuando debían vivir solos como pareja?
Él llevaba a los suyos, yo a la Chama. Ella es mi mejor amiga y todos saben que hemos vivido juntas, pero lo hacíamos porque allá la vida es muy aburrida. Me la pasaba de mi casa al supermercado.
¿Eras la perfecta ama de casa?
Trataba, porque tenía que estar aquí por mis hijas y allá por él y Adriano.
Entonces, ¿por qué te dejó de amar?
(suspira) Él perdió su mejor partido, pero no habrá mujer que aguante esa vida. Además, ahora se le van a acercar por su dinero y qué feo que solo te quieran por lo que tienes. Va a tener que comprar amor y familia.
¿Te fue infiel?
¡Ay!, Carla
Una mujer se da cuenta de eso.
Sí me di cuenta. Me callé y fue por mi familia, porque no quería que se partiera.
¿Fue solo por eso o por interés, pues vivías como una reina?
Fue por mi familia, porque venía de dos relaciones quebradas y no quería fracasar.
“NUNCA LE FUI INFIEL”
¿Le fuiste infiel?
No, y él lo sabe…
¿Ya no lo quieres?
Sí lo quiero, pero no lo amo. Acciones borran pasiones y él hizo muchas cosas para que mi amor se acabe.
¿Se comunica con su hijo por teléfono?
Lo hacía a través de la seguridad, pero ahora ya no lo hace.
¿Y Adrianito no te pregunta por su papá?
Por supuesto, mi hijo duerme con una foto de él abrazado (llora)
Te parte el alma…
Claro. Yo puedo aparentar ser muy fuerte por mis hijas que ya están grandes, pero tengo momentos que me quiebro, porque no es fácil.
Melissa recibe una llamada, es su mamá que le avisa que Adrianito se despertó y sus hijas están jugando con él. Nos agradece y dice que debe marcharse.
“Me voy. Mis hijos están jugando. Seguro que dentro de un rato veremos una película…”