Tras ser aclamada por el público en el Festival de Cine de San Sebastián y el Sundance, el drama romántico “Contracorriente”, dirigido por Javier Fuentes-León, que muchos productores consideraron un producto exclusivo para público “gay” se ha convertido en una historia de amor internacional.
“Cuando yo estaba tratando de buscar financiación se me comentó mucho que la película iba a tener un público reducido, sólo ‘gay’, pero se ha visto que todo el mundo se identifica con la historia de amor”, explicó Fuentes-León en una entrevista con Efe.
“Contracorriente” cuenta la historia de Miguel, un pescador joven y querido de un pequeño pueblo peruano, Cabo Blanco, donde existen tradiciones muy arraigadas en la religión y el respeto a la muerte.
A pesar de estar casado con Mariela, que está embarazada de siete meses del primer hijo de ambos, Miguel mantiene un romance clandestino con otro hombre, Santiago, un pintor que se mudó al pueblo hace un años y es rechazado por exponer, abiertamente, su sexualidad.
La película cuenta una historia que para el director de cine peruano va más allá del “amor homosexual” para hablar de la “fidelidad” a uno mismo.
“Mucha gente da vueltas al tema de la homosexualidad en el filme, especialmente en Latinoamérica, pero la película habla de más cosas. No voy a negar que el sexo es un tema importante, pero es una historia de amor y de búsqueda de aceptación del personaje principal de sí mismo”, explicó Fuentes-León.
Para el director, el conflicto de Miguel nace de que ve esa relación “como una cosa casual, una aventura”, hasta que la vida lo hace “enfrentarse” con la muerte de Santiago.
“Muchas de las películas que han hablado de sexualidad presentan a la fuerza externa: la familia, los amigos, la sociedad… como el obstáculo a sobrellevar, pero para mí es clarísimo que el mayor enemigo, siempre, termina siendo uno mismo”, señaló.
Con una trama centrada en un triángulo amoroso, la selección de actores se convirtió en clave para el éxito de la película.
Manolo Cardona deja de lado en esta cinta su imagen de galán de telenovela para dar vida a un pintor enamorado y frustrado por la falta de compromiso de su amante.
En el otro lado del triángulo está Mariela, una mujer “fuerte” y “digna” interpretada por la actriz peruana Tatiana Astengo, quien señaló, en una entrevista con Efe, que trató de alejar el rol de “víctima” de su personaje.
“Para mí, la historia es la de Miguel, y cuanto más fuertes fuesen los dos personajes que tiran de él hacia un lado y hacia otro, mayor el dilema y la intensidad dramática de la película”, destacó el realizador.
Por este motivo, Fuentes-León fue muy consciente de que Mariela tenía que tener una “fuerza interna”, porque no quería que el público la viera como el “obstáculo” para que “los otros dos” fuesen felices.
Buscando meterse en la piel del personaje, Astengo se deshizo de “corazas personales” para regirse “por el corazón”.
“Durante mi preparación tuve la oportunidad de ir un tiempo antes al pueblo, y conversar con esas mujeres que no tienen nada y cuya máxima preocupación es que sus hijos se vayan, cada noche, cenados a cama”, subrayó.