El 27 de agosto, en el estadio de la Universidad de San Marcos, se realizará la segunda edición del festival Fiesta Latina, el cual contará con la presencia de celebrados artistas de géneros como la salsa y el vallenato. La lista de cantantes es de lujo e incluye a Carlos Vives, Luis Enrique y, por supuesto, a Rubén Blades, quien regresa al Perú luego de dos años de ausencia.
“Cantar en Perú siempre me deja una felicidad inmensa –dice Blades–. La última vez fue hace dos años y recuerdo la completa entrega del público. Esto es típico del Perú, la conexión que hay con el público cuando estoy en el escenario es inmediata”.
La vez pasada se presentó con los Seis del Solar. ¿Qué orquesta va a acompañarlo en esta ocasión?
Estoy de gira con una banda de Panamá, es la primera gira con músicos panameños y con el maestro Roberto Delgado, que es un excelente músico y un gran amigo.
“Metiendo mano” fue el disco que lanzó su carrera. Ese álbum, para mí, marca un antes y un después en la historia de la salsa, en el sentido de que la temática deja de ser la pachanga, los placeres de la noche y sus consecuencias, para dar lugar a los temas sociales. ¿Quiso marcar una diferencia con sus colegas?
No, eso habría sido muy arrogante de mi parte. Nunca en todo este tiempo he analizado mi trabajo, pero siempre creí que mis canciones serían exitosas porque no subestimo la inteligencia de la gente. Además, la presencia de Willie Colón borró cualquier pensamiento negativo capaz de censurar mi trabajo. En ese entonces a muchos les pareció que lo que escribía no tendría éxito, y que canciones como “Pablo pueblo” me hundirían. Pero los perdidos fueron los críticos, no yo.
¿Su trabajo con los Seis del Solar incluyó el uso de sintetizadores y la omisión de metales y vientos? ¿Cuál era el objetivo de trabajar con esa orquestación?
Simplemente deseaba liberarme de la cadena que representó el éxito que obtuve con Willie Colón y en ese proceso fue que busqué nuevas experiencias, otras sonoridades, otras direcciones y empecé otra vez desde cero. Deseaba renovarme, y en ese camino surgieron estas ideas.
La carrera de Rubén Blades no solo se ha limitado al mundo de la música. También ha sido ministro de Turismo de su país: Panamá. Aunque quizá su momento de mayor trascendencia haya sido el lanzamiento de “Siembra”, el disco que incluyó “Pedro Navaja” y que se convirtió en el álbum más vendido de su tiempo.
“Con honestidad, nunca esperé el éxito sostenido que ha tenido este disco –manifiesta–. Pero sí que sonara como lo hizo, por las letras de las canciones y las historias que cuenta. Creo que mi intención de documentar la realidad de nuestros barrios y de nuestros países a través de la música, de la salsa en mi caso, fue lo que marcó la diferencia”.
¿Cuál fue la idea detrás de ese disco?
Mi idea fue crear una especie de periodismo musical sin lastre ideológico. Además, lo mío fue una contribución menor. Creo que Willie Colón, Héctor Lavoe, Celia Cruz, El Gran Combo, Ray Barreto y Eddie Palmieri hicieron mucho más. Ellos fueron quienes influyeron en gente como yo, que desde Latinoamérica ingresó al género con otra visión, producto de otra perspectiva política y social. Me alegro de haber contribuido con algo que permita educar, instruir o por lo menos proponer, en forma inteligente, un argumento que va más allá de: “vente, mamá, vamo a gozá”. Las cosas no son tan simples. Nuestra gente es más que eso.
¿Por qué cree que sus discos después de “Buscando América” no tuvieron el mismo impacto cultural que lograron “Siembra” o “Maestra vida”?
Creo que cada disco ha tenido la vida que debía tener. Lo importante es que yo no hago música para ser únicamente exitoso, sino porque me gusta, porque es mi vida y conforme te vas haciendo viejo empiezas escribir de forma más sincera y te preocupas menos por las consecuencias de lo que dices y haces.
¿Cómo ve el impacto que en esta época tiene el reggaetón en la música latinoamericana?
El pueblo siempre busca la forma de decir lo que siente y el reggaetón es una mezcla perfecta de los sentimientos de la calle con un lenguaje formal. Es el habla de un esquinero con estudios, que perfectamente podría ser yo.
¿Cómo recuerda su paso por el Ministerio de Turismo en la década pasada?
No cumplí con todo lo que quise por falta de tiempo. Voy a regresar con unos proyectos de reorganización. Creo que la solución a los problemas que tiene la humanidad, desde el calentamiento global hasta la pobreza, residen en nuestra propia actividad y experiencia. Para que cambie la sociedad, primero hay que hacer un cambio individual.
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Lugar: Estadio de San Marcos dirección: Cruce Av. Venezuela Con Av. Universitaria día y hora: Sábado 27 de agosto, desde las 7 p.m. Entradas: Teleticket.
Fuente: El Comercio