La conductora de televisión alumbró a Manuelito, su tercer hijo, hace casi dos semanas. Sobre Cacho dijo que le tiene un gran cariño.
Cada vez son más mujeres las que eligen convertirse en madres bordeando los 40 años. La conductora de TV Laura Borlini es una de ellas. Hace casi dos semanas alumbró por cesárea a su tercer hijo: Manuelito. Desde entonces –nos dice- su dicha es plena, vive un momento “espectacular”, “el más feliz” de su existencia. La llegada del nuevo integrante de su familia le ha dado un brillo especial a sus ojos, una nueva razón a su vida. Lo buscó, lo persiguió. Su bebe es el fruto de su amor con el empresario Manuel La Rosa, el hombre al que se unió en matrimonio simbólico este año, y con el que espera casarse ante la ley el 2012. “Es el hombre con el que quiero pasar el resto de mis días”, señala convencida.
¿Después de cuántos años vuelves a ser madre?
De casi cinco, Luca, mi segundo hijo, está por cumplir cinco años. Estoy viviendo un momento espectacular, el más feliz de mi vida, lo estoy disfrutando a morir. A veces me emociono y le digo a mi “esposo” que no quiero perderme ni un segundo de Manuelito. Me parece maravilloso poder decir que soy madre a la edad que tengo: me estoy acercando a los 40 y no me da vergüenza decirlo. Ser madre a esa edad es maravilloso, tiene muchas ventajas.
¿Qué ventajas?
A los 40 años ya has vivido y te sientes realizada. No quisiera hacer diferencias con mis otros hijos porque los amo, los adoro, los quiero muchísimo, son mi vida; pero, en realidad, con este enano disfruto más todo, cada ojito que me hace o una sonrisa, aunque me dicen que es un acto reflejo, pero para mí sonríe. En cambio, cuando eres joven, tienes metas que realizar y estás pendiente de lograrlas. Gracias a Dios en el camino he ido cumpliendo mis metas y ahora estoy más tranquila, abocada únicamente a ser madre.
¿La llegada de Manuelito fue programada?
En nuestra relación (con su pareja Manuel) que casi tiene dos años todo ha ido muy rápido, el hecho de querer vivir juntos y tener un bebe siempre estuvo en nuestros planes, queríamos tener un hijo que sea de los dos, del fruto de nuestro amor y así lo hicimos. Somos muy felices con todo lo que nos está pasando.
¿Cómo tomaron tus hijos la llegada del nuevo hermanito?
Matías (7) y Luca (4) están felices. Los hijos de Manuel también están contentos: Saskia (9) y Adriano (5) quieren bastante a su hermanito. Todos somos muy unidos, tanto que, cuando me preguntan cuántos hijos tengo y digo tres, Matías e dice: “mamá somos cinco”.
En los niños es mucho más complicado asumir cambios familiares. ¿Cómo lograste que tus hijos acepten los cambios drásticos que surgieron en tu familia?
Nuestra prioridad siempre fue que los chicos asimilen de forma natural todo lo que nos estaba pasando. Manuel me dijo que acudamos a un psicólogo para que nos ayude con eso. Las pautas que nos dio la psicóloga fueron importantísimas para que los chicos no se sientan relegados. Por ejemplo, para informarles de la llegada del bebe, me dijo que haga una reunión y que lo anuncie como si fuese un acontecimiento importante, una gran sorpresa. Entonces, hicimos una reunión con torta, regalitos, y luego les dijimos: “van a tener un hermanito”. Todos recibieron la noticia con gran felicidad, se pusieron muy contentos. La clave es manejar la situación con naturalidad y amor.
¿Está en tus planes tener otro hijo?
Tenemos muchas ganas, pero aún no sabemos, vamos a esperar que Manuelito crezca algunos meses. Nuestro deseo es tener dos o tres más.
Cuando conociste a Manuel venías de una separación (con Guille, el padre de sus dos hijos mayores), estabas vulnerable. ¿En algún momento tuviste miedo de que la relación no funcione?
Yo no quiero comparar, hablar del pasado, es una etapa que viví. Soy una persona súper positiva, siempre que converso con Manuel y me dice que tiene dudas de algo, yo le digo: “la palabra no, no existe”. No sirve ponerse mal o llorar en un rincón por las cosas que han pasado. Siempre hay que mirar hacia adelante.
¿Cómo surgió el amor entre Manuel y tú?
Fue una relación muy linda y espontánea. Nosotros nos conocimos, nos enamoramos y al sexto día nos decíamos te amo. Él siempre fue transparente conmigo, me dio mucha confianza, nunca dudé, es un esposo maravilloso, me apoya un montón, es un papá chocho y eso hace que me enamore más. Su llegada a mi vida la tomé como un regalo de Dios.
¿Es cierto que se casaron en Cusco en un matrimonio simbólico?
Es verdad. La ceremonia en Cusco fue espectacular, teníamos ganas de casarnos, queríamos decir: “mi esposo”, “mi esposa”. Cuando nos contaron de estos matrimonios al estilo inca que se hacen en Cuzco nos pareció súper mágico. El día de la ceremonia lo habían preparado todo tan lindo, con pétalos de flores y velas, el ambiente era mágico. El señor que nos casó nos leyó la hoja de coca, nos dijo que íbamos a tener un hijo, que nacería sano y traería felicidad a nuestro hogar. Nos dijo varias cosas que sucedieron, fue increíble.
¿Y han pensado casarse en boda civil?
Aunque nos sentimos casados, queremos casarnos ante la ley, pero quiero que mi mamá y mi papá participen de la ceremonia. Ellos están en Lima, pero se tienen que ir a España a visitar a mi hermana que vive allá; cuando regresen -a mediados del 2012- nos casaremos.
¿Cómo te llevas con tu ex pareja?
No somos amigos, pero tenemos una relación cordial porque es el papá de los chicos. Lo que más me interesa es que tenga una muy buena relación con los chicos, que ellos estén felices.
LLEGÓ AL PERÚ PARA QUEDARSE
Llegaste al Perú de Argentina hace trece años y desde entonces no has parado de hacer televisión. Llegaste para quedarte.
Me enamoré del Perú y de su gente. Cuando voy a Argentina me desespero por regresar, siento que Perú es mi país. Me encantar estar aquí y hacer televisión. Aunque consciente de que ese trabajo no es para siempre, he hecho empresa, tengo una importadora y exportadora de productos veterinarios.
Te iniciaste en la televisión con “Qué noche”, sin embargo ganaste mayor popularidad en “Mil disculpas”. ¿Qué programa es el que más recuerdas con cariño?
En “Qué noche” trabajé con Xavier Serbia (ex Menudo), Gustavo Mayer y Katia Balarín, fue un programa de cosas extremas, pero no me gustó mucho porque no me sentí muy cómoda. Había una cuestión de competencias entre un conductor que se sentía lo máximo y quería todo el espacio para él. Luego vino “Mil disculpas”, era una locura, fue un programa exitoso. Sin embargo, el que más recuerdo con cariño y en el que me siento cómoda y trabajo con tranquilidad es “Qué tal mañana”(programa que conduce actualmente).
EL TEMA DE CARLOS CACHO
En “Mil disculpas” compartiste la conducción con Carlos Cacho, ¿sabes que posiblemente esta tarde abandone la cárcel?
Lo sé y me dio gusto, creo que el tiempo que estuvo preso fue suficiente para que tome conciencia de sus errores, me da gusto porque conozco a su mamá, sé que es una mujer que ha sufrido mucho con todo lo que le ha pasado a su hijo. Creo que si Cacho se equivocó, ya lo pagó. Le deseo lo mejor.
¿Ustedes son amigos?
No somos amigos, no nos frecuentamos, ni nos vemos, pero le tengo un gran cariño, es una persona impulsiva, espontánea, loca, inteligente y creo que el tiempo que estuvo en prisión le ha servido para recapacitar y tomar conciencia de que hay límites. Ojalá pueda encaminar su carrera, pueda volver a la televisión y seguir con el tema del maquillaje.
LOS CAMBIOS EN “QUÉ TAL MAÑANA”
Se han anunciado cambios en “Qué tal mañana” para el próximo año. ¿Cuáles son?
Después de 6 años al aire se cambiarán algunas cosas, como el nombre y la escenografía, pero seguirá siendo un programa familiar. Calculo que los cambios se darán a partir de la quincena de enero del 2012.
¿Volverías a hacer un programa de farándula?
No lo haría, posiblemente haría un programa que tenga una secuencia de espectáculos. No tengo deseos de ganarme problemas ni enemistades. Aunque en “Mil disculpas” era la parte buena, igual me ganaba problemas, y a esta altura de mi vida eso no me interesa. Quiero llevarme bien con la gente, estar tranquila.
Fuente: El Comercio
Asegura que nunca engañó a criolla, porque mantuvo “otra” relación al estar separado de ella.
