La modelo hizo un balance de su participación en el Segundo Campeonato Mundial de Baile, e hizo una promesa al más puro estilo de la paraguaya Larissa Riquelme: “Si alguna vez el Perú gana el Mundial, yo me desnudo”.
Son las 4:30 de la tarde. Estoy en el salón de belleza “Elegantísima”, un lugar donde el glamour combina con la elegancia y el carisma de su gente. Un espacio lleno de buen gusto, que marcó el inicio de la faceta empresarial de la modelo Delly Madrid, a quien el baile ha llevado a alcanzar altos niveles de popularidad y aceptación del público.
De la Delly que se inició como modelo hace doce años en el programa del mediodía “Gisela Contigo” queda muy poco. Atrás quedó la joven confiada, sumisa y frágil. La nueva Delly es fuerte, emprendedora, segura de sí misma, pero desconfiada. Quizás porque alguien a quien entregó su amor le jugó una mala pasada o porque una amistad la traicionó quitándole lo que más amaba.
“Solo conversamos, por favor nada de fotos porque estoy sin maquillaje”, nos dice Delly, apenas nos saluda. “Es necesario que grabemos la entrevista”, le respondo con una gran sonrisa que oculta un temor a un rotundo no. Minutos después, y tras colocarse rubor en las mejillas y rimmel en los ojos, la modelo acepta nuestro pedido. Nos sentamos, se acomoda su blonda cabellera y damos inició a nuestra charla.
¿Haber representado al Perú en el Segundo Campeonato Mundial de Baile de Televisa te cambió la vida?
Me cambió la vida profesional porque ahora tengo más trabajo, más contratos, más ofertas; pero en lo personal sigo siendo la misma Delly sencilla y carismática de siempre.
Una Delly con mayor popularidad.
Es cierto, pero mi popularidad viene de “Bailando por un sueño”. Desde esa fecha la gente me reconoce en la calle y me saluda. Es muy grato sentir el cariño de las personas.
GISELA ES COMO MI AMULETO DE LA BUENA SUERTE
¿Antes de “Bailando por un sueño” qué hacías?
Empecé como modelo, justamente con Gisela, en el programa que ella tenía en Red Global (“Gisela Contigo”). Gisela es como mi amuleto de la buena suerte, es una persona a quien quiero mucho.
En el Perú las modelos no son bien vistas. Llevan el estigma de “calabazas”.
Ese no es mi caso. Yo tengo estudios, soy estomatóloga y tengo una licenciatura en turismo y hotelería. Soy multifacética, he hecho de todo un poco, ahora soy empresaria y bailarina ocasional, también he conducido un programa de TV.