El escritor peruano consideró imposible un acuerdo de paz en Medio Oriente bajo el gobierno de Benjamín Netanyahu
Desconcertado desde hace años por la incapacidad de Israel de “resolver el problema de la ocupación”, el escritor Mario Vargas Llosa cree imposible que se logre un acuerdo de paz en Medio Oriente bajo el gobierno de Benjamín Netanyahu.
En un auto de fe claramente pesimista para quien, en otros escenarios, suele derrochar optimismo, el autor de “La tía Julia y el escribidor” cree que “hay en Israel un gobierno que expresa lo que probablemente una mayoría de israelíes piensa”, y es que “la solución del problema palestino solo se resolverá a partir de una posición de fuerza”.
“Es la vieja idea de (el primer ministro Ariel) Sharón… la de que una negociación con los palestinos es imposible… y por desgracia creo que la situación que vive Israel no justifica el optimismo”, explica en una entrevista con EFE en Jerusalén.
Vargas Llosa llegó el martes a Israel (“el único país donde todavía me siento de izquierda” y que, por ello, “me recuerda mi juventud”) para una conferencia sobre “Sueño y realidad de América Latina”, que dio ayer en el marco de un coloquio internacional en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
DURAS CRÍTICAS
Viejo conocedor de la complejidad de Medio Oriente -ha visitado la zona en varias ocasiones desde 1970 y dedicado al conflicto una parte de sus escritos-, afirma que “incluso Sharón llegó a ser más flexible de lo que hoy día es el gobierno israelí”.
“Mis críticas son a un gobierno que se ha vuelto intransigente, un gobierno que no quiere hacer ningún tipo de concesión en favor de la paz porque piensa que no es necesario, que con la fuerza basta”, insiste el autor, de 74 años.
Amparado en ese continuo desconcierto que ya expresaba en su libro “Israel-Palestina: Paz o Guerra Santa” (Ed. Aguilar, 2006), el escritor valora que “tal y como están las cosas, fundamentalmente en Israel, no hay ni una mayoría popular que presione al gobierno y lo lleve a hacer esa negociación, ni de parte del gobierno hay una voluntad”.
Por eso pide a Israel, país del que se declara “amigo” desde hace décadas, que entienda que “a largo plazo, no es la fuerza, no es el desarrollo económico, ni el desarrollo militar lo que va a garantizarle la permanencia o la coexistencia con sus vecinos”.
“ ¡Van a ser unos acuerdos con los palestinos que sean realmente duraderos!”, subrayó.
FRANJA DE GAZA
También ve un importante obstáculo para la paz la situación política de la franja de Gaza, que visitó en 2005, y que le parece “muy grave” porque “al mismo tiempo que ocurría esa derechización de la sociedad israelí, en el mundo palestino ha habido una radicalización islamista”.
“Si el sector más moderado palestino -opina- es el que tuviera hoy día el control de toda la sociedad palestina, desde luego las cosas serían fáciles”.
BARACK OBAMA
“Pero las cosas nunca son fáciles”, prosigue en una exposición actualizada de su visión sobre el conflicto palestino-israelí, que solo encuentra alguna medida de alivio en la figura del presidente estadounidense, Barack Obama, y sus recientes presiones sobre Israel para que negocie.
“Yo creo que Obama ha estado haciendo (cosas), pero también veo que tiene mucha resistencia; en el propio Estados Unidos hay una movilización muy fuerte en contra de ese esfuerzo que ha estado haciendo (por Medio Oriente)”, advierte.
REUNIÓN CON PRESIDENTE ISRAELÍ
Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1986 y Premio Cervantes en 1994, entre otros muchos galardones que ha recibido, Vargas Llosa se reunió ayer con el presidente israelí, Simón Peres, un amigo personal y con quien dice hablar “con mucha franqueza”.
“Él conoce mi posición muy claramente y es una persona muy tolerante en ese respecto”, asegura.
ISRAEL ES UN EJEMPLO PARA EL PERÚ
De su admiración por Israel (“durante muchos años yo he dado toda una batalla en la época en la que era muy atacado por la izquierda”) recuerda que “los israelíes han construido de la nada un país que es hoy día un país enormemente próspero y moderno”.
“Cuando yo vine por primera vez -señala- Israel era un país avanzado del tercer mundo. Hoy día Israel es un país del primer mundo… enormemente próspero y moderno. Eso es un ejemplo para países como el mío (Perú)”.
“Yo creo que aquí hay gente y muchas cosas muy admirables, pero lo que es fundamental es que Israel… encuentre un camino racional y sensato hacia la solución del problema palestino, que es el problema número uno de la región”, concluye.