Sus disculpas fueron flor de un día. Pese a estar con un pie en la cárcel por manejar ebrio y atropellar a Humberto Yzarra Álvarez (48), Carlos Cacho no pudo con su genio y se ofuscó con la familia de su víctima, en la clínica Ricardo Palma.
La desatinada reacción del maquillador ocurrió el último jueves y por eso la familia Yzarra decidió prohibirle más visitas al herido. Ricardo Yzarra, abogado y tío de la víctima, señaló que al herido le operaron el rostro y ese día, por la tarde, Cacho llegó hasta la clínica y perdió los papeles al enterarse de la intervención quirúrgica.
“A mi sobrina Carmen Rosa le reclamó: ‘ ¡Quién ordenó la operación!’. Creo que Cacho reaccionó así porque planeaba trasladar a Humberto a una clínica particular para abaratar los costos”, contó el abogado.
Indignado por esa conducta, Yzarra añadió que Cacho también amenazó con demandar al médico que hizo la cirugía.
“Mi sobrina no le respondió a ese señor (Cacho). Y ahora presentaremos un documento al director de la clínica pidiendo que le restrinja el acceso”, anotó.
“Cacho es un reo libre y no es amigo de la familia para recibirlo más y consultarle nuestras decisiones. De ahora en adelante toda coordinación con él será a través de su abogado”, indicó el abogado y marcó distancia con el maquillador.
Café amargo
En tanto y pese a las críticas por estar con comparencia restringida, Cacho reapareció ayer para retomar su rutina dominical.
A las 4 de la tarde lo encontramos charlando a sus anchas en una cafetería miraflorina, con la productora del programa “Mil disculpas”, Rocío Bicentela.
Sin embargo, sorprendido por el lente de nuestra fotógrafa, mostró su fastidio y evitó declarar. “¡Por favor!, no me pueden tomar fotos sin permiso”, dijo Cacho para luego irse con la mirada baja.
Fuente: Diario El Popular