La rubia dice que se alejó de la TV porque el estrés la estaba matando y dedicó tiempo a sus hijos.
Su mirada refleja tranquilidad, a pesar de estar envuelta en ese torbellino llamado televisión. Laura Huarcayo asumió el reto de “Bienvenida la tarde” y, aunque no tiene cifras espectaculares, dice que no le preocupa y, si le piden dar un paso al costado, no tendría problemas en hacerlo.
¿Cómo mides tu reencuentro con el público?
Es maravilloso, porque no pensaba regresar este año a la televisión. Fue algo inesperado, pero lleno de muchas emociones, de muchas alegrías.
¿Te preocupa el rating, pues ahora están entre 5 y 6 puntos?
Sabíamos que este horario (3 de la tarde) era difícil. Un horario en que no había programas nacionales, que era algo nuevo. En verdad, no me fijo en el rating.
¿No harías cualquier cosa por rating?
De mi parte, no voy a hacer algo con lo que no esté de acuerdo, y solo para tener rating. Si en algún momento, no sé, algún productor dice hasta aquí nomás, entonces hasta aquí nomás.
Mucho se dijo sobre la gravedad de tu salud
Hubo varias cosas, nada graves, pero todas de cuidado. Además, el estrés me estaba matando, por eso tuve que descansar.
¿Qué hiciste todo este tiempo?
Me sirvió para darme cuenta de lo que me estaba perdiendo. He descubierto un poco más cosas de mis hijos. Siento que a Vasilik le he ido reafirmando su seguridad, pues era muy tímida, muy insegura. Y Valentino es al revés, ese niño está recontraseguro. Lo llevas a una fiesta y baila, agarra el micrófono, anima. Tiene mucha personalidad.
¿Tus hijos te reclamaban?
Valentino va a cumplir 9 años en febrero y Vasilik ya tiene 5. Los he gozado, y por eso te digo, no me disgustaría estar en mi casa.
¿Cuando descansabas veías “Lima limón”?
Claro, tengo buenos recuerdos y lo he visto al inicio. Yo les deseo lo mejor.
¿Cómo quedó tu relación con Raúl Romero?
Con Raúl nunca he tenido un problema porque nos hemos llevado de la mejor manera. Nunca tuve un problema con él, ni hablé de maltrato. Hubo un desgaste como ocurre en cualquier familia.
¿Y ese desgaste no se pudo solucionar?
Sí, pero se juntaron muchas cosas, como lo de mi salud, mis sentimientos y todo lo demás.
¿Te consideras “pituca”?
No, todo lo contrario. No soy yo quien debe definirme, pero vengo de abajo. Mis padres son gente trabajadora y me crie en San Miguel, incluso hasta ahora frecuento a algunos de mis amigos de infancia.
Si no tienes necesidad de trabajar, ¿por qué lo haces?
Creo que para toda mujer es importante mantener su independencia, es la única forma de crecer a nivel personal. Me gusta lo que hago desde hace 12 años y, simplemente, aproveché las oportunidades que se me presentaron. Primero como modelo, después como conductora.
Fuente: Diario Trome