Futbolista peruano iniciará un proceso legal por daños y perjuicios contra la empresa estadounidense y la agencia de publicidad Garwich BBDO, por una publicidad que su abogado califica de “racista”
Jefferson Farfán, el seleccionado peruano que “dribleó” a la pobreza con su juego y dominio de la pelota, esta vez se prepara para afrontar un partido fuera de las canchas. La figura del Schalke 04 se enfrentará en escenarios judiciales a la transnacional norteamericana Frito Lay.
El delantero nacional demandará por daños y perjuicios a la mencionada empresa de snacks y a la agencia de publicidad que ésta contrató para elaborar aquel spot publicitario que se emitió el 2011, que tenía como protagonista a la “Foquita Farfán”, personaje de Jorge Benavides, disfrutando de un momento de diversión y relajo junto a unas guapas jovencitas mientras sus compañeros del Deporte Rey lo dejaban todo en la cancha.
Enrique Pardo Figueroa, defensor legal de Farfán, en diálogo con elcomercio.pe explicó que, en primera instancia, su patrocinado intentó conciliar con Frito Lay, sin éxito. “En la etapa de conciliación casi llegamos a un arreglo. Frito Lay, subsidiaria del grupo Pepsico, nos hizo un ofrecimiento económico basado en una campaña publicitaria a favor de Jefferson, con sus marcas Quaker y Gatorade, pero no se concretó porque, básicamente, mi cliente lo que primero quería era recibir una disculpa formal por parte de la empresa y ésta nunca llegó…, acto seguido del pedido de disculpas, Frito Lay retiró la oferta que hizo sin darnos ninguna explicación”.
Pardo Figueroa descartó que Farfán actúe motivado por un interés económico. Aclaró que su principal objetivo es crear un precedente y evitar así que importantes empresas violenten la dignidad humana, discriminen a una persona y a un grupo étnico, sin recibir por ello sanciones efectivas. “Para Jefferson esto no es un negocio, él quiere simplemente que se haga justicia”, dijo.
¿Cuándo harán efectiva la demanda?
Ya debe estar saliendo en estos días. Son varias cosas las que estamos investigando para tener una sólida demanda. Frito Lay es una transnacional que definitivamente se va a defender y tenemos que estar preparados. Es un caso complicado y emblemático dada la coyuntura y los derechos afectados no solo de él sino de todo un grupo humano que exige respeto, por lo que requiere un estudio minucioso.
¿En la etapa de conciliación se habló también de una reparación civil?
Así es. Frito Lay lo que nos propuso fue un negocio publicitario basado en la imagen de Jefferson Farfán pero jamás ofreció una reparación, ni admitió culpa alguna, lo que no fue aceptado. Repito que lo más importante eran las disculpas del caso, no sólo para Jefferson sino para toda la comunidad afro-peruana. Ha pasado (por ejemplo) que mi cliente ha ido a comprar una gaseosa o algo a una bodega y se ha encontrado con afiches comerciales (que salieron a la par de los spots) de Frito Lay con la cara de JB “parodiando” a Jefferson, con ojos desorbitados o mirando al vacío, denigrando su dignidad como persona. Eso no lo podemos admitir.
¿La demanda también va contra la agencia de publicidad que elaboró la estrategia publicitaria?
Sí, aunque ahora la empresa de publicidad dirá: nosotros hemos hecho lo que nos han encargado y, sí, es cierto, pero una campaña comercial de tal naturaleza pasa por un largo período de gestación y de aprobación que los involucra a ellos.
¿También demandarán a Jorge Benavides por la imitación?
Él fue contratado por una empresa y si no era él iba a ser otro. Solo hizo su trabajo. En este caso los únicos responsables son Frito Lay, por desarrollar una campaña racista y humillante hacia nuestro cliente, y la empresa publicitaria Garwich BBDO que lo ejecutó. No podemos admitir en el Perú que una campaña publicitaria denigre a un ser humano y al grupo étnico al que pertenece, menos si es con fines comerciales.
¿Cuánto pedirán de reparación civil?
El monto de la reparación debe ser fuerte, en función al daño producido y a la capacidad económica del causante, porque el bolsillo es la parte que más le duele a una empresa. Espero que los jueces tengan el valor de aplicar sanciones ejemplares cuando se trata de situaciones de discriminación racial. El dinero que se obtenga se destinará a donaciones o a apoyar a grupos humanos que lo necesiten. Lo que pretendemos con esto es dar una lección de civismo.
Fuente: El Comercio